martes, 28 de febrero de 2012

LA EMBAJADA DICE QUE SOY TERRORISTA



Por Javier Rodríguez Pardo



Cuando escribí el artículo “¿A qué vino Richard Miles a San Juan?” (1) la interrogación, como es de suponer, ocultaba la incógnita -el misterio de la pregunta indaga una respuesta implícita- y, aunque resulte obvio, pretendía sacudir la curiosidad y la reflexión que propone saber quién es Richard Miles y las razones de su visita.

Mi nota en cuestión -24 de junio de 2005- fue recogida por varios medios periodísticos locales y agencias de noticias (2), algunos sólo sorprendidos y otros, crispados en su fervor patriota, juzgaban al desnudar el texto, que la soberanía nacional había sido mancillada, pero fueron los menos. El artículo no ofrecía dudas: Richard Miles había declarado a los periodistas de la casa de gobierno de San Juan, que la audiencia con el entonces vicegobernador y ex presidente de la Cámara de Diputados de esa provincia, Marcelo Lima, se debió a sus funciones de primer secretario de la embajada de los Estados Unidos del área político militar, “responsable de las políticas de lucha contra el terrorismo y de las relaciones exteriores con la Argentina” y, sin habérselo requerido, se identificó aún mejor, “centralizo para el Departamento de Estado -dijo- toda la inteligencia referida a las provincias de Jujuy, Córdoba, Misiones y San Juan” (textual). (3) Rápidamente asociamos la triple frontera, la región estratégica que involucra al acuífero guaraní, la zona clave del noroeste que limita con Bolivia y Chile, sin perder de vista a Perú, el centro del país y finalmente la provincia cuyana, donde las corporaciones transnacionales aplican por primera vez el tratado binacional minero argentino-chileno de implementación conjunta, un tercer país que enajena más de 150 kilómetros de cada lado en la longitudinal cordillera de 4.441 kilómetros de frontera trasandina, con su cabecera de playa instalada en la Reserva de Biosfera de San Guillermo, Valle del Cura, San Juan, desde la última década del siglo pasado, en los yacimientos mineros polimetálicos de Barrick Gold. 

Mientras Richard Miles alardeaba y ponderaba sus funciones para el coloso país del norte, el vicegobernador Marcelo Lima no pudo, o no supo, ocultar el motivo real del encuentro y arremetió con expresiones como estas: “Uno de los problemas básicos que presenta nuestra provincia es que el 80% está constituida por montañas y serranías y sólo el 20% está destinada al agro. Es por eso -aseveraba- que el proyecto agroindustrial que tenía la provincia está agotado. Esta situación -explicaba Lima repitiendo términos del gobernador José Luis Gioja- hace que San Juan proponga la extracción minera y elabore una política de verdadera inclusión social”. (4)
En la legislatura provincial el encuentro ocupó la atención de otros diputados presentes, pero en la soledad del despacho de gobierno, los diálogos incluyeron otras preocupaciones del diplomático norteamericano de la administración de George Walker Bush. 

Recorrí los pueblos de San Juan a partir del 23 de mayo de 2004; dos días después, el 25 de mayo me tuvo pregonando con megáfono en mano las razones por las que nos oponemos a la megaminería metalífera hidroquímica a cielo abierto, entre acordes de la fanfarria soldadesca en el desfile cívico militar de la fecha patria. Para junio de 2005, había transitado buena parte de la provincia de San Juan y todos los pueblos del Valle del Cura, departamentos de Iglesia y de Jáchal: Rodeo, Tudcum, Las Flores, el Valle de Pismanta, Huaco, Niquivil, etc., y la tercera y cuarta región de Chile, el Valle del Huasco donde en las altas cumbres comienza el territorio usurpado de Pascua Lama, y, más al sur, Pachón. Desde allí salté al Valle de Uco: municipio, escuelas e instituciones, comenzando por el pueblo de San Carlos y su rechazo absoluto al extractivismo devastador y contaminante. Enseguida instalamos el mensaje en la capital mendocina porque para entonces nadie había movido un músculo contra el flagelo extractivo. No puedo evitar describir, en primera persona, parte de esa actividad entre asambleas y autoconvocados que se iban formando contra las explotaciones mineras porque poco después me calificarían de fundamentalista ecológico, apreciación que no me quitaría el sueño aunque habría de ser el preámbulo de otro adjetivo más cáustico e incisivo, el de terrorista. 

Instalado en Tamberías, entregábamos casi puerta a puerta un mensaje que explicaba el impacto destructivo de la megaminería a cielo abierto, a propósito del plebiscito anunciado por el intendente y el Concejo Deliberante de Calingasta, y en Barreal acompañaba a los labriegos y agricultores surcando la siembra del ajo, quienes habrían de decidir la consulta popular. Por la tarde, en algún galpón de campo, pasábamos películas que apoyaban nuestro discurso. Varios informes míos recorrían las páginas de Internet: “La minería que amenaza a Calingasta”, “Negociar, el verbo de los Gioja” (16/6/2005), “El plebiscito del 3 de julio en Calingasta; delación, extorsiones y compañeros detenidos” (23/6/2005), son algunos de ellos. El Diario de Cuyo compulsaba que el rechazo a la explotación minera sería un hecho en Calingasta y anunciaba un mes antes que “el activista Javier Rodríguez Pardo se había instalado en la región.” (5)

Los directores de minería y de la policía minera de la provincia de San Juan irrumpían con frecuencia en las charlas de los asambleístas, acompañándose de matones que agredían y depreciaban de terroristas a los movilizados contra la megaminería contaminante. Lo que no imaginábamos en ese momento era la campaña orquestada por el gobernador José Luis Gioja, enviando a sus lacayos con ese tipo de epítetos, por las escuelas de la capital sanjuanina. El caso de la EPET N° 7 es el testimonio más elocuente: dos docentes me esperaban en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de San Juan, instantes previos a una conferencia sobre “Invasiones mineras” y me propusieron que la repitiera ante sus alumnos. .. “Le van a preguntar qué significa un terrorista de los setenta” -me tiran sin anestesia- y agregaron: “Hemos hecho una semana de debates socioambientales y exhibimos una película donde usted habla sobre la minería, tal vez el tema que más preocupa hoy a nuestros alumnos. Al día siguiente -como era lógico- quienes exponían eran funcionarios de minería del oficialismo; el gobierno -continúan las profesoras- decidió enviar al propio subsecretario de minería, Felipe Saavedra y al jefe de la policía minera, Mario Ghiglione. En un momento surge una fuerte discusión donde el ingeniero Ghiglione lo nombra a usted de mala manera y los alumnos salen a defenderlo. Ghiglione -continúan relatando las profesionales- alzando la voz y con saña dice (refiriéndose a usted), “yo lo conozco bien, sabemos quién es, un terrorista ecológico, un terrorista de los setenta… “, reforzando de ese modo un argumento descalificador. Los alumnos replican que “usted está difamando, denostando a Rodríguez Pardo” y el funcionario contesta: “Es un terrorista y lo denostaré aquí y donde sea”. 
No me sorprendía tanto ensañamiento si no fuera porque la campaña se origina en las oficinas del gobierno de San Juan, en el marco de recurrentes visitas del primer secretario de la Embajada de Estados Unidos, Richard Miles, miembro de la Central de Inteligencia Americana y “responsable de las políticas de lucha contra el terrorismo”, como el mismo diplomático supo anunciarse. El funcionario del gobierno sanjuanino había aprendido la lección de Miles pero no tenía su formación profesional, tal vez por eso no observó que semejante discusión en la Escuela Provincial de Educación Técnica N°7 había sido filmada por otro educador que registró claramente expresiones como “lo denostaré aquí y donde sea”, ignorando el funcionario minero que el término denostar significa para cualquier diccionario de la lengua castellana, “injuriar gravemente”. Lo llevé a juicio, presenté una denuncia penal, acompañando copia del video, contra el jefe de la policía minera de San Juan e hice responsable al gobierno de esa provincia de mi integridad física; fue radicada el 7 de julio de 2005 en el Primer Juzgado Correccional de la Provincia de San Juan, causa 273/05 “por reiteradas injurias y amenazas hacia el ecologista Javier Rodríguez Pardo”, y tuvieron que publicar “la reparación”, no sin antes vivir complicados contratiempos y visitas costosas a la provincia, desaparición del video de las oficinas judiciales, reincorporar copias, reuniones de conciliación, etc. (6)

En los medios de prensa dije con insistencia que en el “nosotros sabemos quién es”, voceado por el ingeniero, designado policía del sector para controlar a las mineras, se halla el dictado del especialista del norte, la embajada dice que soy un terrorista. Ghiglione es un guiñol en manos de la transnacional Barrick Gold y el propio Miles también es una marioneta de un teatro global dirigido por las corporaciones, responsables del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional, mentor de la Ley antiterrorista de reciente aprobación) (7). 

Poco después tuve que escribir otro informe relacionado; el tema se precipitaba y los personeros de Washington recalaban en el país, en los territorios alzados contra la megaminería hidroquímica a cielo abierto. El nuevo informe fue “¿A qué vino Hugo Llorens a Esquel?”. Pero para obtener una respuesta primero debemos presentar al personaje. Parte del currículo de Llorens define su apego turístico por nuestra cordillera andino-patagónica: Ministro Consejero de la Embajada de Estados Unidos en Argentina, el rango más alto dentro de la delegación en el país. Llorens aterriza en Buenos aires en agosto de 2003, proveniente de Washington DC. (En mayo, tres meses antes, el New York Times citaba en sus páginas a pobladores de la ciudad de Esquel durmiendo sobre una montaña de oro, sorprendiéndose porque el 82% de ellos había rechazado dinamitar sus rocas). 

El diplomático quiso camuflarse como turista recorriendo lagos y pistas de esquí, confundiéndose con un pueblo cuya mayor preocupación es la sostenibilidad del hábitat que eligió como destino de vida. Llorens en realidad portaba el cargo de Director de Asuntos Andinos del Consejo Nacional de Seguridad (de su país), Jefe de Asesores de ese departamento de inteligencia, responsable de aconsejar al Departamento de Estado de la Unión en todos los asuntos relacionados con Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia y Ecuador. Anteriormente se desempeñó durante tres años como jefe del Consulado General de los Estados Unidos en Vancouver, Canadá. Allí fue el creador de una novedosa multiagencia denominada “Centro de Control de Aplicación de la Ley”, con apertura de oficinas del FBI (Federal Bureau of Investigation) y, entre otras obligaciones patrióticas, figuraba la de trabajar mancomunadamente con sus pares canadienses en pesquisas de lucha contra el terrorismo y delitos internacionales, función para la que le vino bien su máster en Ciencias de Seguridad Nacional del National War College. Es curioso pero no puedo dejar de asociar que la minera canadiense Meridian Gold, expulsada por la población de Esquel, también tiene sede en Vancouver. 

Estos relatos y la Ley antiterrorista son concomitantes, como lo son Bush y la Barrick Gold o el chileno José Antonio Urrutia mentor del leonino tratado minero binacional, que autoriza la explotación del complejo extractivo Pascua Lama en la Cordillera de los Andes. 

La intervención de los Bush en la administración del poder norteamericano fue meteórica después de la Segunda Guerra Mundial y la evolución financiera de la familia es paralela con ese poder. La corporación financiera de los Bush se expuso, muy a su pesar, a través del Consejo de Asesores de la minera Barrick Gold y las transnacionales de la familia comenzaron a sonar fuera de Watergate, al maniobrar usando el dominio de la CIA o el poder ejecutivo de los Estados Unidos. George Bush es uno de los miembros principales del Grupo Bilderberg junto con Henry Kissinger, David Rockefeller, el banquero James P. Warburg, entre otros intocables que digitan el poder global; para ellos, planificar con tiempo es la consigna que mejor ejecutan. Nada dejan al azar.

La Ley antiterrorista 26.268 nace en Argentina en 2007, dos años después de estos relatos, tipificando los delitos de “asociación ilícita terrorista” y el de “financiamiento del terrorismo”. Me pregunté desde entonces qué hubiera ocurrido en San Juan cuando llevé a juicio a los funcionarios de gobierno y, en todo caso, cuál hubiera sido su defensa (¿o tal vez la mía?) de haber contado con esta Ley, que hoy en el año 2012 vuelve a hegemonizar titulares, incorporando al Código Penal delitos que -según preconizan- pudieran afectar el orden económico y financiero y “actividades delictivas con finalidad terrorista”, encajando en esas consideraciones cualquier movimiento social de oposición al gobierno o las resistencias populares que bregan contra industrias contaminantes, y con el razonamiento de algún juez capaz de interpretar, penalmente, que tal acción implique aterrorizar a la población. En realidad, cientos de acciones en las que se ven involucradas las comunidades afectadas por la megaminería hidroquímica a cielo abierto pueden ser consideradas como hechos terroristas según la caprichosa redacción de la Ley, conforme al humor del juez de turno o a la disposición de la corporación implicada, en términos de esta legislación. A aquel que intente frenar al fumigador de tóxicos en campos aledaños a centros urbanos y colegios -hecho habitual- le puede comprender las generales de esta Ley que supuestamente nace para castigar a las mesas de dinero clandestinas y al lavado de dinero. No digo nada nuevo, que no se haya dicho ya; los juristas a favor y en contra coinciden en que la redacción de la Ley sugiere interpretaciones penales tan amplias que la potestad represiva del Estado no tiene límites. Lo curioso es que se trata de un Estado que años antes le abrió las puertas a las corporaciones transnacionales legislando exenciones impositivas, subvencionándoles insumos y facilitándoles el saqueo de los bienes comunes (conocidos como recursos naturales) críticos y estratégicos; la Ley antiterrorista va en pos de la licencia social que requieren estos grupos corporativos para poder operar en paz en países confiables. Esta Ley concebida por el grupo económico de los siete países dominantes (GAFI) es el resultado de extorsiones solapadas, canjeándola por inversiones y calificaciones financieras, pero en la práctica posee un poder represivo enorme.


En el San Juan de 2005, la embajada le dictaba letra antiterrorista al gobernador sanjuanino del saqueo extractivo que, sin el mínimo recato, instruyó de igual modo a sus secuaces. Mientras tanto las corporaciones transnacionales, con paciencia, iban a obtener el instrumento legal represivo: una norma jurídica redactada, legislada y sancionada por un gobierno de la democracia, autodefinido nacional, popular y progresista. 


Consolidaron el marco jurídico de una Ley que transita entre las sombras de un pasado tenebroso: el miedo, han instalado el miedo a través de la palabra escrita de la ley. "Es una extorsión que nos hace el organismo GAFI, de segunda categoría, que se atribuye más derechos que las Naciones Unidas. El GAFI recomendó que esta Ley se transforme en obligatoria, pero en algún momento puede ser utilizada por alguien contra la protesta social o contra los sindicatos. En el país no necesitamos esta Ley antiterrorismo" (9) 

El discurso de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, en el Council on Foreign Relations (CFR) Consejo de Relaciones Exteriores, en julio de 2009, en el recinto que la influyente institución privada inauguró en Washington D.C, blanqueó el poder político de la Casa Blanca y del Pentágono. 

El CFR, fundado en 1921 con sede en Manhattan, Nueva York, gobierna el accionar de la Casa Blanca después de discutir políticas en el Pentágono.

Se conoce a gran parte de sus miembros pero se ignora quién maneja realmente las oficinas que dictan los movimientos del poder ejecutivo y de sus asesores. Hillary Clinton dijo que estaba feliz de que el CFR haya creado “un puesto de avanzada en la capital norteamericana porque le evita el traslado hasta Manhattan para recibir instrucciones”. (Increíble, pero así se expresó).

No anduvo con vueltas: “Estoy encantada de estar aquí -dijo-, en esta nueva sede central. Ha sido frecuentemente -supongo- el barco nodriza en la ciudad de Nueva York, pero es bueno tener una sede del Consejo aquí mismo, en la calle del Departamento de Estado”. 

En pleno discurso, la ex primera dama de los Estados Unidos y actual Secretaria de Estado de Barack Obama abundó en elogios hacia el organismo, al reconocer que el gobierno “obtiene muchos consejos del CFR, y esto significa que no tendré que ir tan lejos para que se nos diga qué deberíamos estar haciendo y cómo deberíamos pensar acerca del futuro”. El CFR -no lo oculta- intercambia reportes con la Fundación Rockefeller semanalmente. Su interrelación y dependencia con la dinastía de los petroleros es innegable. Las corporaciones que ejecutan la actividad extractiva en el mundo dictan desde allí sus políticas globales. 

La confesión de la señora Clinton no deja bien parada a la administración Obama, ni al propio ejecutivo de la política de los Estados Unidos, pero el presidente también es un acólito del CFR. Casi todos los nombramientos de Obama, al asumir la presidencia, responden a gente del Consejo y del grupo Bilderberg. A través de ellos se controla todo el aparato político, militar y de seguridad de los Estados Unidos (la National Security Council y el Departamento de Estado por ejemplo) (10).

No causó sorpresa que poco después del arribo a nuestro país de los agentes de la inteligencia norteamericana, los lacayos funcionarios locales tildaran de terroristas a los militantes contra la megaminería. A la semana siguiente de la reunión de Richard Miles con las autoridades sanjuaninas, tal como describo aquí y como se denunció oportunamente, las huestes del oficialismo gobernante me tildaron de terrorista: la embajada dice que soy terrorista.

Javier Rodríguez Pardo, DNI 93.930.336, MACH-RENACE-Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC),
machpatagonia@gmail.com, Celular: 54 (11) 1567485340


1.- ¿A qué vino Richard Miles a San Juan?, Rebelión, 16/07/2005, www.rebelion.org
 Ecoportal.Net, 8/07/2005, www.ecoportal.net / La Sétima, Periodismo de anticipo, 12/08/2005. 

2.- R-P ¿A qué vino Richard Miles a San Juan? lists.econ.utah.edu/pipermail/reconquista-popular/
¿A qué vino Richard Miles a San Juan? Agencia DIN adin-noticias.blogspot.com/2005/
Rebelión. ¿A qué vino Richard Miles a San Juan? www.rebelion.org/noticia.php
www.tiwy.com/foro/esp

Vienen por el oro, vienen por todo, Javier R. Pardo, Ediciones Ciccus, 2009; capítulo V (La nave insignia de las invasiones mineras). 

Minería: ¿A qué vino Richard Miles a San Juan? - Ecoportal.net www.ecoportal.net/content/view/full.

Mines and Communities - 28-05-2005- www.minesandcommunities.org: Popular consultation about mining approved in Argentina. 

3.- La Cámara Hoy, edición oficial legislativa: www.legsanjuan.gov.ar, 21/06/2005 
/www.legsanjuan.gov.ar/indexprensa; y medios de prensa Diario de Cuyo, El Zonda y Huarpe.

4.- La Cámara Hoy, edición oficial legislativa: www.legsanjuan.gov.ar, 21/06/2005 /www.legsanjuan.gov.ar/indexprensa. /www.machpatagonia.com.ar

5.- “…Ya está instalado en Calingasta el ecologista Javier Rodríguez Pardo, que integra el Movimiento Antinuclear de Chubut (Mach) y la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace), según dijeron las fuentes oficialistas Rodríguez Pardo es uno de los portavoces del no a la minería...”, (Daniel Tejada, Diario De Cuyo, 21/05/2005, Minería: Desembarca el oficialismo en Calingasta). 

El Pregón Minero Nº 1.289 - 23/05/2005. “Minería: Desembarca el oficialismo en Calingasta, luego de la arenga del gobernador José Luis Gioja a la tropa.”

Mines and Communities -28-05-2005- www.minesandcommunities.org: Popular consultation about mining approved in Argentina. 

“El pueblo rechaza decisión Junta Electoral del gobernador Gioja” J. R. Pardo, 28/05/2005. (Cuarta Vía 30/5/2005).

6.- “Causa penal por injurias y amenazas” y “En San Juan no hay libertad de prensa”, revista La Séptima, Periodismo de Anticipo, San Juan 12/08/2005, Año XVI N° 676. 

 Ver Ecoportal.Net, noticias y denuncias de la semana (210), 19/07/05 y Diario de Cuyo,www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia, 21/05/2005

 7.- El GAFI fue creado en 1989 en París, en la reunión cumbre del grupo de los siete.

8.- Vienen por el oro, vienen por todo, J. Rodríguez Pardo, Editorial Ciccus, capítulo IV pág. 138. (2009).

9.- Eugenio Zaffaroni, juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. 

10.- Fragmento del libro Las vías del saqueo (de próxima edición), autor J. Rodríguez Pardo.

viernes, 24 de febrero de 2012

Rebelión en los Valles Calchaquíes

DOCUMENTAL:
El valle nuclear, la megamineria del uranio en los Valles Calchaquies, Argentina. Parte 1



El valle nuclear, la megamineria del uranio en los Valles Calchaquies, Argentina. Parte 2





El valle nuclear, la megamineria del uranio en los Valles Calchaquies, Argentina. Parte 3





El valle nuclear, la megamineria del uranio en los Valles Calchaquies, Argentina. Parte 4


    


Más de cuarenta prospecciones metalíferas convierten a Salta en una de las principales provincias amenazadas por la invasión minera. Superan el centenar los cateos con existencias diseminadas de oro, plata, cobre, plomo, bismuto, hierro, manganeso, molibdeno, tierras raras (en Rangel, norte de Salta), zinc, bario, litio, uranio y torio. Es vergonzosa la invitación al saqueo por parte de los gobiernos, y el de Salta es de los peores.

Arrasar es el verbo que practica la minería transnacional con autorización del estado y sin la licencia social. Las poblaciones de los Valles Calchaquíes (salteñas, tucumanas y catamarqueñas) se hallan en virtual pie de guerra. Se suceden las concentraciones y marchas. En la capital salteña devolvieron medidores de agua al grito de ¡pónganselos a las empresas mineras!

Durante diez días recorrimos cumbres y valles calchaquíes invitados por los auto convocados de Cafayate, San Carlos, Angastaco, Cachi, Seclantás, entre otras localidades.

Debatimos en Santa María sobre la mina Bajo La Alumbrera; inspeccionamos en detalle la mina de uranio Don Otto, abandonada por la CNEA hace 25 años, a punto de reabrirse; cientos de vecinos desfilaron con carteles, al ritmo de tambores y estribillos contra la mina, recorriendo los barrios periféricos durante dos horas, después de nuestras disertaciones en cine céntrico, en compañía del ingeniero de minas Hugo González y la proyección de la película Espejitos de Colores de Miguel Mato, que cuenta la perversidad extractiva de la mega minería metalífera. Así, iniciamos nuestro periplo por los principales pueblos calchaquíes.

Cuentan los auto convocados que por primera vez la gente salió decidida a aplaudir desde las veredas mientras otros se encolumnaron al paso de la marcha y, como en un vía crucis parábamos en esquinas puntuales y nos dirigíamos a la población con datos y referencias acerca del flagelo minero que acosa especialmente a la Cordillera de los Andes.

Llevamos nuestro mensaje a la escuela de Las Conchas y en el salón parroquial de Barrial, ante el Movimiento Nacional Campesino Indígena, con la presencia de profesionales europeos que responden a la asociación de Ingenieros sin frontera. Líderes indígenas de la zona de Los Cobres, denunciaron que no pueden sacar el pimentón porque hay ácidos (lluvia ácida) que dañan las cosechas. Se formaron tres talleres para discutir el contenido de la película y sobre nuestra charla: ¿que conocemos, que desconocemos y que no queremos de esta minería? También sobre los cambios negativos que se produjeron en la agricultura durante los últimos cinco años, la sequía de arroyos y ríos, el polvo en suspensión por los desmontes para la soja, por las voladuras de la actividad minera y el caso patético de Bajo La Alumbrera, contaminación y uso ilimitado de agua. Las montañas se hallan cubiertas con un manto semejante a una neblina persistente: “esto es nuevo cuentan campesinos calchaquíes- nos dicen que es el cambio climático pero el gobierno no impide los incendios intencionales para la siembra sojera, ni la tala salvaje.” Mencionan alarmados que miles de hectáreas cayeron con la sierra y la topadora con la complicidad de los funcionarios.

Salimos de Las Conchas hacia el Nevado de Cachi, cruzamos por Corralito (abundantes plantaciones de pimentón), y dejamos Animaná hacia San Carlos y, aunque a veces había media docena de lugareños, igual dimos nuestro discurso, mateamos, anotamos opiniones, intercambiamos formas organizativas contra el invasor minero y para cerrar filas ante la reapertura de la mina de uranio.

Fue muy útil distribuir en los valles salteños las cuarenta razones por las que nos opusimos al repositorio nuclear de Gastre, en Chubut. Son afiches de nuestra extenuante campaña antinuclear y ahora muy útiles porque cuenta que minas como la de Don Otto fueron clausuradas en otros países, que el gas radón es radiactivo y con un viento de dieciséis kilómetros por hora recorre más de mil antes de que decaiga a la mitad su cantidad original y que transporta partículas cancerígenas. El anuncio también dice que en 1980 los médicos del hospital de Shiprock en Estados Unidos confirmaron que sesenta de las setenta personas con diagnóstico de cáncer de pulmón eran mineros del uranio. Que dentro de la comunidad de indios navajos no existí a el cáncer, pero todos los que fueron mineros del uranio lo contrajeron, cosa que escandalizó a la comunidad científica norteamericana. Se destaca en el afiche que el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud de Estados Unidos concluyó que el número de defectos en bebés que habitan en zonas próximas a minas de uranio que fueron explotadas en Utah, Nueva Méjico, Colorado y Arizona es de 10 a 150% más que el promedio nacional en el resto del país. Los carteles, a modo de bando, quedaron pegados en las paredes de hospitales y colegios de los valles. La escuela primaria de San Carlos, Arturo León Dávalos, nos recibió a pleno. Difundimos una película chilena que testimonia el daño minero a la agricultura de Andacollo por las voladuras y los ácidos con que lixivian los metales. La participación de los alumnos fue una sorpresa. Es que Facundo Ezequiel Burgos (11 años) se presentó en la asamblea, se paró ante mi, con sus ojos desorbitados y tez chocolateada: me permite señor” dijo- y en contados segundos concluyó un discurso claro, de alumno universitario, para sorpresa de los 145 adultos presentes: Querido pueblo sancarleño, yo Facundo, de 11 años, me doy cuenta que está mal que exploten las minas y destruyan las montañas, y también estoy triste porque van a abrir la mina Don Otto y otras más, y el senador y el diputado están a favor de las minas. Yo siendo sancarleño no voy a permitir que abran las minas porque si abren contaminan el ambiente natural y también los frutos, las plantas y los animales morirán y se contaminarán los ríos y las aguas que tomamos. Para no permitir esto hay que luchar para que no exploten las minas, como en Cafayate que se juntaron más de doscientas personas haciendo marcha y le decían Si a la Vida No a la Minería. Ustedes pensaron que solamente soy un niño que no se nada, pero si sé porque me enteré y para finalizar quiero decirles que no hay que permitir que la empresa extranjera venga y se lleve todo.” Los aplausos arrancaron después del silencio creado por las palabras de Facundo. Ese día, en San Carlos, quedó constituida una asamblea numerosa de vecinos auto convocados.

En el salón parroquial de Barrial, entre denuncias de agua potable y pozos contaminados, comprendimos que las perforaciones a ochenta metros son semejantes a las galerías uraníferas de la CNEA. Precisamente a esa profundidad se hallan inundados los socavones de la mina de uranio Don Otto. Los mineros excavaron en pos del uranio y al llegar a esa profundad aparece el agua que debió bombear para seguir sacando uranio hasta los 120 y 190 metros. Hoy están inundadas las galerías que abandonaron hace 25 años de manera negligente.

En Seclantás nos recibió el intendente y una comisión de vecinos, firmes activistas contra la minería de uranio. Este rincón del noroeste argentino padece más que ningún otro, la proximidad de los yacimientos uraníferos de Don Otto. Reiniciar la explotación será fatal, e incierto el futuro turístico y la producción orgánica de la región. En Angastaco, a 2.200 metros de altura, comprobamos que el tema minero no solo está instalado sino que goza de fuerte oposición. El no a Don Otto es un hecho, los pobladores se acercaban a preguntarnos sobre este y otros temas de contaminación. Veinticinco profesionales y empleados de la salud del hospital de Angastaco, acordaron reunirse con los auto convocados y articular campañas de información porque, para estos médicos, los casos de hipertensión y artritis han aumentado significativamente y es hora de que se investiguen los motivos; hace tres años, no era así y, además, nosotros somos los que estamos más cerca de Don Otto, sentenciaron.

La asamblea de Cachi fue muy concurrida, constituida por más de ciento cincuenta vecinos que en su mayoría se acercaron por primera vez. Uno de los momentos más gratos fue la disertación e intercambio que sostuvimos con la Comunidad Indígena Quilmes, (Tucumán, límite con Salta) con quienes nos comprometimos a continuar ligados y a confluir en un movimiento social integrado por todas las poblaciones de los valles calchaquíes.

Santa María (Catamarca) fue el cierre de nuestra visita a la región calchaquí. En la plaza, la noche fría, no impidió que casi doscientas personas siguieran con atención nuestros discursos. Bajo La Alumbrera fue el centro pero sin omitir referencias a las invasiones mineras que azotan a lo largo de los Andes latinoamericanos. Me preocupé en socializar con los compañeros catamarqueños algunos informes de trascendencia, en su mayoría desconocidos o no tenidos en cuenta: el caso de Carlos Rudolph que diseñó Bajo La Alumbrera, la solicitud de tecnología de la empresa minera incapaz de resolver los problemas del mineroducto, la energía que El Chocón-Hidronor S.A. le suministra a La Alumbrera, el discurso pendular de ingenieros y funcionarios acerca de la inocuidad del cianuro y de la minería en mano de PYMES, el discurso del Estado y de la gente de Segemar. Estos puntos los desarrollaremos en otra nota porque en Santa María la lucha contra La Alumbrera y Agua Rica había sufrido un retroceso, por eso insistimos en la unidad y en la construcción de un gran movimiento social en la región calchaquí, dejando de lado banderías partidistas.

La mina de uranio Don Otto

Al recorrer los valles calchaquíes reconocemos que esas inmensos cuencos naturales, encerradas por quebradas imponentes, se comportan como un sándwich sometido a contaminación disímil. Por un lado, más de cuarenta emprendimientos mineros a punto de finalizar la prospección y dos centenares de permisos de cateos con igual fin; por el otro, la mina de uranio Don Otto y media docena de yacimientos de uranio dispersos como el de Los Berthos y Martín Güemes: el emparedado perfecto. Se trata de valles enjaulados iguales a los del Huasco en Chile y poblaciones mineras destruidas, tipo Andacollo. De un lado y del otro de la cordillera es igual. Pero aquí, además de los drenajes ácidos de mina debe sumársele la contaminación radiactiva presente en la extracción del uranio y minas como éstas, descuidadas, sin remediar.

Desde mi llegada a Salta hice público mi deseo de visitar la mina Don Otto. Deambulé por las minas Los Adobes, Cerro Cóndor, Cerro Solo, en Chubut, y por la de Sierra Pintada, en Mendoza, entre otras, y nunca la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) impidió que las recorriera. Debo decir, aunque no me sorprende, que esta fue la primera vez en la que me exigieron papeleo burocrático para la autorización. El pacto fue siempre avisar a la Comisión antes de visitar las instalaciones.

¿Por qué me detengo en este trámite?

En Don Otto comprobé que había razones para ocultar el calamitoso estado en que se halla, el abandono y deterioro de las instalaciones, que paso a detallar.

Para llegar a Don Otto atravesamos alturas que superan los 3.500 metros. Desde esas cimas, el paisaje surge infinito, pero con la ilusión de alcanzarlo. Planicie verde, mucha pastura natural, un valle imponente con sierras continuas, escalonadas hasta la cordillera que se levanta a lo lejos. La vegetación es una especie de gramilla que cubre la vastedad del valle. Hay ojos de agua secos que esperan las próximas lluvias. Es la planicie de Cachipampa, se ve distante el Nevado de Cachi, la cumbre de Palermo y, más atrás, el cerro Tin Tin que oculta al pueblo de Cachi. Dejamos el Parque Nacional Los Cardones y entramos en terrenos de la mina, gracias a una legislación que por conveniencia fijó límites tramposos. Atrás quedaron los yacimientos de uranio Los Berthos dentro del propio parque nacional y nos llama la atención que para llegar a Don Otto debemos transitar por la única senda posible: el propio cauce del río Toncos paralelo a la quebrada del mismo nombre, que corre subterráneo y emerge más adelante. Vemos la motobomba de la planta de agua de la CNEA pero los churquis, algarrobos y los cardones están secos en el área de Don Otto.

En el primer socavón uranífero advertimos su caída casi vertical que por los datos recogidos concluye en la napa de agua, 80 metros más abajo. En los alrededores de la mina subterránea se hallan miles de toneladas de hierro dispersas, vías sueltas, vagonetas oxidadas, cables, alambres, latas y tambores seguramente de aceites y combustibles, cientos de maderas y tablones de alguna construcción que sucumbió con el tiempo. Todo diseminado entre escombreras de una explotación desolada desde hace tres décadas y plataformas de hormigón que supieron sostener fuerza motriz en otros tiempos. Desde ese punto se puede divisar buena cantidad de colas de uranio derrumbadas, a merced del viento y de las lluvias, y no imaginamos a donde fueron a parar El viento era fuerte y, cuando arreciaba, tapamos ojos y boca con un ocasional pañuelo, porque de las colas de uranio salían nubes de polvo radiactivo. En el centro de la planta, abunda más basura suelta irradiada, tanques herrumbrados que fueron depósitos de ácido sulfúrico para lixiviar las rocas uraníferas, una fila de piletas tipo australianas, desvencijadas, no podían ocultar gomas sueltas, cables, latas y parte de colas de uranio desprendidas del montículo original sujeto por una suerte de alambre de gallinero oxidado, incapaz de contenerlas. Mientras tanto, el viento volvía con fuerza y eso nos permitió filmar el polvo que volaba de las pilas de cola y de las escombreras y a dos obreros que, protegidos por sus respectivos barbijos, trabajaban pegados a una de las colas de uranio, quemaban determinados residuos porque -como hemos dicho- intentan reabrir la producción de uranio de Don Otto. Parece increíble que esto esté sucediendo mientras escribo estas líneas.

¿Por qué?

Creo necesario recordar que hace unos años la CNEA, ante insistentes denuncias ciudadanas, creó un Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (PRAMU), merced a un préstamo del Banco Mundial de veinticinco millones de dólares que se suma a otro del estado nacional de casi tres millones y medio de dólares. Alguna vez preguntamos -sin respuesta- dónde fue a parar ese dinero fijado para la remediación minera. Lo cierto es que en el propio informe del PRAMU la CNEA dice que “la minería y el procesamiento de los minerales de uranio producen grandes cantidades de residuos que deben ser gestionados en forma segura”, pero durante casi treinta años se olvidaron de hacerlo. “Estos residuos -continúan los especialistas nucleares argentinos- constituyen fuentes potenciales de repercusión química y radiológica, tanto para las personas que trabajan en la industria como para los individuos del público que pueden resultar expuestos, si los mismos se dispersan en el ambiente.” Nosotros con nuestras cámaras damos fe de ello y -continúa el informe- “dados los largos períodos de vida de los radionucleidos que contienen los residuos, y las características físicas y químicas de los mismos, deberán estudiarse las repercusiones a largo plazo de los procesos ambientales,”como ser “algunos productos radiactivos en las colas pueden producir radiación gamma y la dispersión de las colas mediante el viento o el agua, o por disolución puede trasladar partículas radiactivas y otros compuestos tóxicos a capas de agua superficiales o subterráneas que constituyen fuentes de aguas potables, a los suelos, a la cadena trófica y a los alimentos”. Es decir, la CNEA dice lo que siempre sostuvimos nosotros, concluyendo en el mismo informe que “de no tomarse medidas los lugares podrían verse afectados y aumentar el índice de probabilidad de contraer cáncer e intranquilidad social…” No oculta que “el agua de mina puede contener contaminantes radiológicos y convencionales”, pero sobre todo, el informe de la CNEA en el PRAMU es terminante al admitir que “el 70% de la radiactividad original del mineral permanece en las colas. Las colas contienen casi toda la actividad proveniente del decaimiento del uranio 238: torio 230 y radio 226, el que a su vez decae produciendo el radón 222. El torio 230 es una fuente de producción de radiactividad a largo plazo” (28-12-2005 Evaluación Ambiental página 17 – Revisión). Dicho informe advierte que “las colas contienen además metales pesados que están presentes en el mineral, por ejemplo plomo, vanadio, cobre, zinc, cromo y otros compuestos adicionados durante el proceso como amonio, nitrato, solventes, etc. Así -dice- si no se toman previsiones las colas pueden ser una fuente de contaminación ambiental a largo plazo.”

Estas generalidades de la CNEA las intenta aplicar luego al sitio Tonco, esto es, a la mina Don Otto, que dejaron abandonada hace casi 30 años como he descrito anteriormente, con las colas y escombreras a la intemperie del viento y del agua y con 18.325 metros de galerías subterráneas, parte de ellas inundadas. Hasta su cierre se extrajeron 479.000 toneladas de mineral, con 401 toneladas de uranio y una ley media de 0,084 % de uranio. También en la mina Los Berthos se perforaron 6.925 metros de galería, cortavetas y chimeneas. Le siguió la mina Martín Miguel de Güemes con 1.605 metros subterráneos y la Emmy, que no produjo en sus 310 metros de labores mineras. “La planta -dice el informe- operó durante toda su vida útil sin un sistema de retención de desechos líquidos y sin neutralización” (Evaluación Ambiental pág. 91/ 17-10-2003 y 28-12-2005).

El informe destaca que “desde 1996 una empresa privada, contratada por la CNEA, ejerce vigilancia permanente y controla el acceso al área de la ex zona fabril y mina Don Otto a través de una barrera sobre el camino de ingreso”. Pues bien, quien esto escribe cruzó esas barreras libremente, la primera levantada y la segunda sin personal alguno a la vista. Viajamos en dos vehículos siete personas y recorrimos la planta de manera completa sin dejar de filmar y de fotografiar. Solo al regresar se aproxima uno de los treinta obreros que aproximadamente trabajan ahora en la planta conforme al convenio de reapertura suscripto por la Nación, la provincia y la CNEA, y le di las explicaciones del caso.

Don Otto, una mina peligrosa.

Un informe del diario Clarín (1/8/2007 Pág. 16) dice que Argentina reiniciará en Salta la extracción de uranio. Dice también que “la búsqueda de nuevos yacimientos de uranio se da en el marco de una creciente presión de multinacionales para obtener permisos de cateos” porque el precio del kilo de uranio pasó de 25 dólares a 312 en los últimos años por la crisis del petróleo. Va más lejos, dice que “Don Otto producirá 30 toneladas de uranio por año,”

Pero estas afirmaciones encolerizaron a Roberto Zenobi, Presidente de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (CAMEM) que por alguna extraña razón se desespera por reabrir la explotación de la mina de uranio de Sierra Pintada, de San Rafael. En su afán de justificar el emprendimiento mendocino explica las diferencias entre una y otra mina de uranio. Dijo que “Don Otto es una mina con acceso complicado al mineral debido a su condición subterránea y que además estaría inundada. Si se comparan los costos de explotación entre Sierra Pintada y Don Otto -asegura Zenobi- podríamos decir que un metro cúbico de uranio en Mendoza costaría un peso mientras que en Salta cerca de 30″. Estas afirmaciones de agua en las galerías de Don Otto (negadas por funcionarios salteños) son ratificadas por obreros contratadas por la CNEA para la reapertura de Don Otto. Entrevistamos a Oscar Viltes (50 años), desde los 17 trabajó en la mina con el documento del primo porque era menor de edad: “En la mina hay agua a los 90 metros y debe bombearse para extraer el uranio. El agua quedó allí desde 1983 cuando se cerró la mina. El pique es hasta 190 metros y con agua”.

Mientras tanto el diario Perfil de Buenos Aires publicó el 9 de septiembre de 2007 que “La Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) elevó un duro pedido de informes al ministro Julio De Vido, al gobernador de Salta Carlos Romero y al presidente de la CNEA, Jorge Abriata.” El documento dice con respecto a la mina Don Otto que “hay improvisación y que restan pequeñas reservas en el sitio a un alto costo de producción;” cuestiona además “la confiabilidad de la CNEA”, entre otras consideraciones que denuncian a dicha explotación como insostenible y de “inviabilidad técnica”. www.ecoportal.net
Javier Rodríguez Pardo

jueves, 23 de febrero de 2012

PROXIMO ENCUENTRO REGIONAL DE ASAMBLEAS PATAGONICAS


EL PROXIMO ENCUENTRO REGIONAL DE ASAMBLEAS PATAGONICAS será en Ingeniero Jacobacci el 31 de marzo y 1° de abril.

La semana del 27 al 31 de marzo Javier Rodríguez Pardo se comprometió con los autoconvocados y organiazaciones de Ingeniero Jacobacci a realizar una serie de charlas y debates en torno a la megamineríoa en general y a la actividad extractiva que amenza a esa localidad rionegrina.

Una de las consignas es "por una ley que prohiba la megaminería hidroquímica metalífera a cielo abierto en todo el territorio de la provincia de Río Negro". 

Durante el encuentro regional de las asambleas patagónicas se profundizará lo resuelto en la reunión anterior de Lago Puelo y seguramente se incorporarán otros objetivos y acciones a seguir.



UNIÓN DE ASAMBLEAS PATAGÓNICAS


LAGO PUELO, CHUBUT, 4 Y 5 DE FEBRERO DEL 2012

En el día de la fecha nos reunimos las siguientes miembros de asambleas y organizaciones pertenecientes a las provincias patagónicas: Asamblea del Alto Valle de Rio Negro, Movimiento antinuclear del Chubut, FASP –FORO  ambiental y social de la Patagonia, Madryn-Trelew-Comodoro, Vecinos Autoconvocados de Bariloche,  Sociedad Ecológica Regional, Asamblea Comarcal contra el Saqueo de la Comarca andina de Rio Negro y Chubut, Asociación Ecologista piuke, Asoc. Árbol de pie, Asamblea Patagónica Sanidarios, Fundación Uñopatun, FM Alas- radio comunitaria, ICEPH, red nacional de medios alternativos (RNMA), Asociación vecinos autoconvocados por el No a la mina de Esquel, Asamblea de Vecinos Autoconvocado la Pirita- Ing. Jacobacci, Asamblea en Defensa del Agua y la Tierra –Mallin Ahogado-, Radio La Negra (el Bolsón), Comunidad Mapuche Blancura Centro de Rio Negro, Colectivo Gente de Radio, Red Theomai , Centro de Estudiantes de la Comarca Andina, Multisectorial NO a la Mineria de Nqn, Alerta Angostura, Asamblea ciudadana Villa la Angostura – Nqn-, y Asamblea por el Agua de Mendoza, ATE-CTA Chubut, Centro de Estudiantes Universitarios de Comodoro Rivadavia, Asamblea Las Golondrinas, Comunida Mapuche Cayun, Federacion Argentina de Estudiantes de Biologia, Colectivo Al Margen y Vecinos autoconvocados de Patagones, Bahía Blanca, Rio negro,  Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Nos reunimos en ejercicio del derecho a seguir defendiendo nuestros territorios y las conquistas sociales frente al avance de las corporaciones internacionales, nacionales y el modelo extractivista. Nos declaramos en movilización y acción permanente y coordinada en todos los territorios provinciales patagónicos, para la defensa de los bienes comunes, entre ellos, el agua, bien vital, social y derecho humano indiscutible.

Condenamos la comercialización de la tierra y el agua, convirtiéndolos en un objeto de mercado.

La Asamblea en su conjunto toma conocimiento de distintas problemáticas ambientales y sociales a lo largo de la Patagonia, ligadas a la política de saqueo implementada desde los gobiernos provincial y nacional, que someten a toda la población a graves riesgos ecosistémicos que afectaran la vida social, económica y cultural de las generaciones presentes y las futuras.

La Asamblea se solidariza con:

-        la lucha de las asambleas contra la megamineria, ante los proyectos de minería metalífera con uso de sustancias toxicas y minería de uranio, los cuales representan un saqueo de los bienes comunes como el agua, usada en grandes cantidades, además de la grave contaminación de la tierra y el aire con consecuencias directas sobre la vida de la población.

-        la lucha de los habitantes de Mallín Ahogado – el bolsón, rio negro, ante los proyectos urbanísticos de alto impacto sobre la pampa de Ludden que afectaran el agua, y en consecuencia  la vida rural, social, la economía, entre otros.

-        la lucha de las asambleas por la soberanía alimentaria, ante los proyectos agroalimentarios de tipo industrial a implementarse en rio negro, con uso de OGM y ligados a la apropiación de grandes extensiones de territorio que serán expoliados, además, con un gran consumo de agua e impactos ecológicos de magnitud y la perdida de soberanía, tanto alimentaria como territorial.

-        la lucha de las organizaciones ante las consecuencias del represamiento de los ríos de cuencas interjurisdiccionales, como la del rio Puelo y del Manso, la grave contaminación de la cuenca del Nahuel Huapi, Limay, Neuquén y Rio Negro.

-        la lucha de las asambleas y organizaciones ante los proyectos de extracción de petróleo y gas no con en la Patagonia que afectan irremediablemente las aguas superficiales y subterráneas, y en consecuencia directa a las poblaciones.

-        la lucha de las asambleas y organizaciones mapuche ante la presencia de las actividades extractivas en sus territorios ancestrales, que sumado a la emergencia hídrica, acelera la despoblación rural, facilitando la concentración de la tierra en pocas manos.

-        la lucha de las asambleas y organizaciones ante la presión de la especulación inmobiliaria y la desaparición de los bosques nativos y los espacios públicos.

Ante todas estas problemáticas, a los gobiernos provinciales patagónicos y al nacional, les exigimos:

1-     la derogación del paquete de leyes mineras y el tratado de Complementación minera Chile-argentina-

2-     la derogación de la ley antiterrorista.

3-     la anulación de los proyectos megamineros metalíferos y uraníferos en Patagonia.

4-     la no aprobación del proyecto de creación de la empresa minera estatal propuesta por el gobernador de Rio Negro.

5-     legislar prohibiendo la minería metalífera a cielo abierto con uso de sustancias toxicas, con énfasis en la protección del agua.

6-     legislar en la protección de los glaciares y ambientes periglaciales provinciales  restringiendo toda actividad que afecte los mismos.

7-     legislar en la protección del agua priorizando las necesidades humanas sustanciales, cubriendo necesidades de la población local, declarándola un bien social, un derecho humano inalienable.

8-     la derogación de los contratos de explotación de petróleo y gas no convencional.

9-     la anulación del proyecto de instalar de una regasificadora en playas de San Antonio Oeste –Rio Negro.

10-  la derogación del Convenio vigente de entrega de 320 mil has. de valles rionegrinos para la potestad de criterio productivo del Estado Chino.

11-  la implementación de propuestas económicas alternativas armónicas con el ambiente y la cultura de los pueblos originarios, en lugar de proponer proyectos extractivos de alto impacto como única receta.

12-  declarar a la pampa de Ludden  (El bolsón, Rio Negro) como área intangible no afectada a la urbanización y exigir su expropiación a favor del estado municipal.

13-  la implementación de proyectos productivos alimentarios amigables con el ambiente para el autoconsumo, la comercialización regional y el fomento de la soberanía alimentaria.

14-  prohibir la comercialización del agua embotellada o a granel.

15-  la investigación de la desaparición del trabajador rural de Valle Medio de Rio Negro, Daniel Solano.

16-  que cese el avance de los cultivos transgénicos (maíz y soja) sobre los montes frutales de Peras y manzanas en el Valle Medio de Rio Negro y zona de IDEVI.

17-  legislar en la protección de los bosques nativos en forma más restrictiva, impidiendo la expansión de negocios inmobiliarios de gran impacto sobre la biodiversidad.

18-  detener la constante deforestación de los campos de Adolfo Alsina y el partido de Patagones en la prov. de Bs. As.

19-  Exigimos a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas –AIC- asuma su responsabilidad en el control y remediación de la eutrofización y contaminación agro toxica, industrial petrolera y cloacal de la cuenca del lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro.

EL PODER ESTA EN NOSOTROS – EL AGUA ES DE TODOS- LA VIDA NO SE NEGOCIA-

lunes, 20 de febrero de 2012

TESTIMONIO: Nuevos colonialismos en América del Sur y África


Radiografía de la megaminería
Por Javier Rodriguez Pardo*

Una de las características del capitalismo del siglo XXI es el auge del extractivismo, un fenómeno que no es nuevo pero que se ha reconfigurado al calor de las necesidades de la economía y el mundo global. El actual boom de los precios de las materias primas ha redibujado territorios, en el marco de leyes benévolas para las empresas extractivas. África y parte de Sudamérica son objetivo de firmas multinacionales que articulan intereses políticos, económicos y a menudo militares para llevar adelante sus negocios.

Argentina nunca fue un país minero (no confundir con un país con minerales). Sin embargo, en la actualidad presenta territorios subastados y ocupados por unas 80 megacorporaciones dedicadas especialmente a la extracción metalífera, la mayoría canadienses y del «club» de las Islas Británicas (Commonwealth). En 2011, los proyectos mineros argentinos sumaban más de 200, en diferentes etapas de exploración, factibilidad, construcción y explotación, o esperando luz verde. De ellos, unos 60 corresponden a las provincias norteñas de Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja, medio centenar aún pretende operar en San Juan, San Luis, Mendoza y Neuquén, y los restantes se desarrollan en las patagónicas provincias de Santa Cruz, Chubut y Río Negro. A esta cantidad se suman miles de cateos mineros que examinan vastas áreas cuantificando yacimientos y su posibilidad extractiva, con una inexplicable laxitud legal: las cifras extractivas estremecen por el volumen de la devastación que se practica no solo en Argentina sino en el conjunto de América Latina.

Gas, petróleo, bosques, biodiversidad, minerales, agua y suelos fértiles fueron siempre los objetivos recurrentes de la política colonial, situación que hoy se magnifica con claridad en su adaptación neoliberal a través de reflotadas «invasiones» en nueva versión. El Tratado de Integración y Complementación Minera entre Argentina y Chile firmado por Carlos Menem y Eduardo Frei en 1997 es un buen ejemplo de neocolonialismo. Se trata de un instrumento legal que cede literalmente la Cordillera de los Andes a las firmas transnacionales y transforma vastos territorios en un virtual «tercer país» con legislación y código propios de funcionamiento: 4.441 km de frontera argentino-chilena y una franja de unos 150 km a cada lado componen ese nuevo territorio regido por el extractivismo. En el resto de la geografía argentina, las corporaciones mineras obtuvieron ventajas que no rigen para las otras actividades comerciales: un paquete de disposiciones jurídicas y un código minero, encabezados por la Ley 24.196 de Inversiones Mineras, les permiten pagar regalías paupérrimas, las eximen de impuestos y gravámenes, les facilitan obtener subsidios en insumos y reintegros por exportaciones, al mismo tiempo que tributan con declaraciones juradas -con la evidente posibilidad de fraguar los datos- una vez que los bienes extraídos arriban al país de destino y no al atravesar la aduana. Las corporaciones mineras eluden, en definitiva, los controles reales que deberían tutelar las exportaciones. Un importante matutino porteño lo destacaba ya hace años con inocultable sorpresa: «los propios representantes de las empresas mineras comentaron públicamente que Argentina supera en oportunidades de negocios a Australia y a Estados Unidos merced a un marco legal conveniente en materia económica y fiscal, y flexible en el terreno medioambiental» (1)

América Latina padece las «invasiones» mineras porque la tecnocracia globalizada de las corporaciones descubrió la manera de extraer los minerales de baja ley, minerales críticos y estratégicos que faltan en el Norte y que abundan en partículas diseminadas en territorios del llamado Sur, a los que se accede dinamitando extensos ecosistemas, pulverizando rocas, destruyendo glaciares, expulsando a comunidades y contaminando con una sopa química las nacientes de acuíferos y las napas en las áreas donde se ejecuta la actividad extractiva. Todas las manifestaciones mineras registradas en las direcciones de los organismos provinciales respectivos figuran como polimetálicas; yacimientos de oro, plata, cobre y uranio contienen también minerales como molibdeno, renio y las llamadas «tierras raras», generalmente de mayor relevancia que el mineral madre motivo de la explotación. Del socavón de antaño se pasó a la minería a cielo abierto, y el open pit hegemonizó nuevos paisajes y convirtió territorios en verdaderos quesos gruyer. Los estragos que produce esta nueva minería, que desecha la linterna en el casco del obrero, son considerables: requiere de mayores volúmenes de agua, más energía para movilizar equipos y plantas y, cuanto más baja es la denominada ley mineral, de mayor cantidad de compuestos químicos con cianuro y ácido sulfúrico, más voladuras y más escoria arrumbada en los alrededores: por cada anillo de oro la minería abandona unas 20 toneladas de escombros, cúmulos de contaminación e impacto ambiental en todos los órdenes.

Pasivos ambientales

Como señalamos, las transnacionales mineras pagan en función de lo que informan en sus eclaraciones juradas, pero además, aunque se les aumente el canon, miles de proyectos dejarán un pasivo ambiental a perpetuidad. No se trata de unas pocas explotaciones capaces de comprometer un ecosistema; son cientos de mineras y subsidiarias que intentan operar en una misma provincia. «Pueblo minero, pueblo mísero», decía un antiguo proverbio del pasado europeo que repetían acongojadas comunidades mineras de asturianos y vascos. Sin embargo, el actual boom latinoamericano es presentado como un proceso razonable por medio del cual los recursos deben ser arrancados de la tierra a cambio de trabajo y de ingresos escasos. Se les dice «recursos» porque se puede acudir a ellos, recurrir a ellos, pero ¿debemos hacerlo? ¿Quién lo decide, quién lo propone y por qué? ¿Con qué derecho se justifica semejante impacto y dolo si 86% del oro termina en las estanterías de los joyeros y la mayor parte del 14% restante, en las bóvedas de los bancos? Solo una minúscula porción (3%) del 14% remanente se utiliza en la industria. ¿Se acude al recurso o, en realidad, al bien común? La actual minería a cielo abierto extrae arrasando, apela al ecosistema y destruye su complejidad para obtener los bienes que son comunes a todos los habitantes. Las riquezas existentes en el planeta no son recursos naturales, son bienes comunes, pero en el debate nos dirán (ya lo hacen) que las viviendas, las rutas, los vehículos y los electrodomésticos, todo proviene de la minería y, en gran parte, de la minería metalífera. De modo que -proclaman los defensores más eufóricos- la irracionalidad y la demencia del ecologismo fundamentalista nos quieren hacer retornar a la Prehistoria; pero estos argumentos en realidad ocultan, por ejemplo, que el agua vale más que el oro y que la actividad minera la agota en regiones que solo cuentan con un par de oasis, como las provincias cuyanas de Mendoza y San Juan.

La lógica habitual del ingeniero minero únicamente entiende que si hay mineral y es rentable extraerlo, se extrae, y no acepta la discusión sobre dónde, cuándo, cómo, cuánto y para qué se extrae. Sin formularse estas preguntas, las empresas se dedican a derribar montañas buscando minerales que -metafóricamente- solo existen en polvo, minimizando el pasivo ambiental con cálculos que finalizan en las bolsas de valores del «Primer Mundo»; es que la roca mineral -extinguida- perdió su formato vetiforme. Es el saqueo al que se refieren quienes critican las aberraciones de la prospección minera y de la bioprospección, el que fue decididamente advertido en septiembre de 2002 en la ciudad de Esquel cuando el activismo social de ese pequeño pueblo de la cordillera chubutense proclamó «¡Vienen por el oro, vienen por todo!» y mediante un plebiscito derribó con 82% de los votos las intenciones mineras de la aurífera canadiense Meridian Gold.


La respuesta de los pueblos latinoamericanos no es violenta, al menos por el momento. Se trata de puebladas que intentan defender el agua y los territorios considerados como el bien común.

La respuesta de los pueblos latinoamericanos no es violenta, al menos por el momento. Se trata de rebeliones, puebladas que intentan defender el agua y los territorios considerados como el bien
común natural más preciado del hábitat. Curiosamente, el agua que escasea en países del Norte está presente en Argentina con relativa abundancia; sin embargo, en el Noroeste argentino, la escasez de agua y la desertización son alarmantes. Pese a ello, la minera bhp Billiton mandó perforar cinco pozos para, a través de dos acueductos de 3.000 litros por segundo cada uno, llevar agua dulce desde la provincia argentina de Salta hasta Monturaqui, una estación chilena que se encuentra a 25 km de Socompa y a 75 km de mina La Escondida. De acuerdo con estudios realizados para bhp Billiton, los acuíferos de Atacama están en franco retroceso y natural más preciado la producción de cobre de La Escondida no podría continuar sin agua (2) Son varias las explotaciones cupríferas chilenas que esperan el agua dulce que se bombeará desde el desierto salteño para lixiviar las rocas metalíferas. Una de ellas es mina Zaldívar, de Barrick Gold, ubicada a solo 10 km de La Escondida y a distancia semejante de Chuquicamata, gigantesca mina chilena de cobre a cielo abierto que opera Codelco, en Calama, y que consume 1.800 litros de agua dulce por segundo durante las 24 horas.

Hace 500 años se detectaban minerales a ojo, hoy se los detecta mediante satélites. La teledetección es un método eficaz para que los riesgos de inversión minera y los costos de la búsqueda de yacimientos se reduzcan sustancialmente. En 1900, eeuu obtenía cobre 5% de ley mineral; el que obtiene hoy apenas llega a 0,4% de ley. El planeta colapsa y la principal potencia mundial continúa con igual o mayor derroche; cada estadounidense consume por año casi 20 toneladas de minerales. La pregunta recurrente es qué planeta sería este si China consumiera la misma cantidad de minerales por habitante, y
la respuesta es única: tendríamos un mundo inhabitable. Si consideramos que dentro de 40 años se habrá duplicado la cantidad de habitantes del planeta, habría que imaginar entonces una respuesta que evite la inmolación humana.


Adnan Khashoggi fue accionista de Barrick Gold Corporation; multimillonario traficante de armas árabe saudita, aliado de Bush y famoso por sus ventas ilícitas de armas a Irán

Para las corporaciones transnacionales como Barrick Gold, estas cuestiones parecen ser manejables sin reparar en los métodos. Basta recordar cómo fue creciendo la minera mayor del oro, de la mano de George Bush (padre), Adnan Khashoggi y Peter Munk (3). Para nosotros, se trata de un caso testigo. En su condición de ex-presidente, Bush se convirtió en un importante accionista de Barrick y miembro honorario de la junta de asesoría internacional de la empresa. Adnan Khashoggi fue accionista de Barrick Gold Corporation; multimillonario traficante de armas árabe saudita, aliado de Bush y famoso por sus ventas ilícitas de armas a Irán (4), fue detenido luego por el tráfico de armas a los «contras» nicaragüenses. Peter Munk fracasó en los negocios y pasó a ser un niño mimado de la monarquía británica, socio de Khashoggi y presidente de Barrick Gold Corporation. Brian Mulroney, ex-primer ministro de Canadá, director y mediador de Barrick, asistió en los comienzos mineros a Bush en la junta internacional de la empresa. En una nota que publicamos en La Séptima (5), revista sanjuanina en la que denunciamos las actividades de Barrick en los yacimientos de Veladero y Pascua Lama, reprodujimos un texto del periodista Anton Chaitkin que afirma que «la inversión inicial mayoritaria de Barrick fue aportada por Khashoggi y algunos socios suyos del tráfico de armas, que por aquellas fechas organizaban el trueque de armas y drogas entre Irán, Israel y Nicaragua, que condujo en 1986 al escándalo de Irán y los contras» (6). La representación legal de Barrick Gold en la provincia de San Juan respondió duramente al artículo, amenazó con iniciar acciones legales contra mí y exigió el derecho a réplica con el mismo espacio utilizado por las notas publicadas. Sostuvo que «aseverar que el Sr. Munk o cualquier persona en Barrick está involucrada con el narcotráfico o venta de armas es totalmente irresponsable, injurioso, escandaloso e indignante» (7) Mi respuesta, por así decirlo, fue un nuevo informe: «Barrick miente», que ratifica el dossier cuestionado (8). La doctora Jimena del Valle Daneri, representante legal de Minera Argentina Gold  sa y Barrick Exploraciones Argentinas sa, ambas subsidiarias de Barrick Gold Corporation, según copia del poder que adjuntaron (en la causa legal que sugirieron iniciarme), no niega la vinculación de Barrick con el ex-presidente de eeuu, pero se esmera en rechazar «toda participación de Bush en el proyecto minero de Zaire», entre otras consideraciones.


Peter Munk: "Fabricación de un magnate moderno"


Por otra parte, la biografía autorizada de Munk, Peter Munk: fabricación de un magnate moderno (9), describe vínculos, acciones y negocios del presidente de Barrick Gold y permite rastrear socios y orígenes empresarios, asociaciones investigadas judicialmente y, sobre todo, el método para sortear dificultades financieras y políticas.

Traficante de armas y amante del lujo hasta la excentricidad -su yate favorito apareció en una película de James Bond-, Khashoggi merodeó todos los grandes escándalos de los años 70 y 80. Entre otros, el Irán-contras, el bcci, el banco de Gaith Pharaon, del megalavado y hasta la desaparición del patrimonio (mal habido, claro) de los filipinos Ferdinand e Imelda Marcos, por cientos de millones de dólares.(10)

Además, Khashoggi fue socio de Munk en emprendimientos hoteleros. El empresario saudí fue arrestado en 1989 por fraudes relacionados con propiedades inmobiliarias adquiridas por el matrimonio Marcos en Manhattan y cuadros que desaparecieron del Museo de Arte Contemporáneo de Manila (11)

Respecto de la mina Goldstrike en Nevada, la defensoría legal de Barrick que contraatacó mi escrito en la provincia de San Juan insistió en que «el Sr. Bush no tuvo desempeño alguno en la adquisición de esa mina para Barrick»; contesté recomendando repasar los numerosos artículos periodísticos sobre el tema, en particular uno escrito por Mark Sonnenblick que describe cómo «George Bush le regaló 10.000 millones de dólares a Barrick Gold» (12), o mejor aún, la denuncia del 11 de marzo de 1993 en la subcomisión respectiva del Congreso Nacional de eeuu, efectuada por Philip M. Hocker, presidente del grupo ambientalista Mineral Policy Center.

Por razones de espacio, en mi artículo «La macabra Barrick de Bush» omití mencionar a un singular número de ejecutivos y accionistas privilegiados de Barrick. Se destacaba Andrónico Luksic, asesor de la firma minera y acaudalado empresario chileno. Luksic maneja los destinos de mina Pelambres, sobre la cordillera, en el límite con la provincia de San Juan, donde se asientan del lado argentino los yacimientos de cobre y polimetálicos Pachón, segunda explotación binacional en ciernes, como la de Pascua Lama. El empresario fue construyendo un imperio bancario en sociedad con el Hong Kong and
Shanghai Bank, conocido también como el «banco del tráfico de opio». En la actualidad, un proyecto conjunto entre Antofagasta Minerals -empresa perteneciente al grupo Luksic- y Barrick Gold los fuerza a litigar juntos contra el gobierno de Pakistán, que les impide explotar la concesión minera de Reko Diq por violar reglas locales (13)

Lo que seguramente causó mayor espanto en los lectores sanjuaninos de «La macabra Barrick de Bush» fue la descripción del genocidio en Zaire, que comenzó en septiembre de 1996, poco antes de la entrada de Barrick y Anglo American en esa zona minera. Los testimonios recogidos por Jeffrey Steinberg prueban que la invasión del este de Zaire coincidió con la entrada de Barrick y Anglo American para adueñarse exactamente de esa zona, y narran el espantoso genocidio llevado a cabo por fuerzas financiadas por franceses y británicos. En ninguna guerra -dice Steinberg- está ausente el botín. Este moderno mundo empresario incluye mafias sostenidas en estrategias globales para la apropiación de yacimientos, que enlazan a ex-oficiales de inteligencia, ejércitos y escuadrones de la muerte, sicarios de las mineras. Según Steinberg, la destrucción de África tiene un ideólogo: «Barrick Gold, junto con la Corporación Anglo American, con sede en Sudáfrica, está involucrada en las operaciones para arrebatarles los metales estratégicos a las naciones de África Central, mediante el mayor genocidio per cápita que se haya visto en los tiempos modernos» (14)

El auge del teléfono móvil desató la guerra del coltan, un mineral que extiende la vida de las baterías y combina dos metales: colombita y tantalita, de los que se extraen el tántalo y el niobio. Según parece, el continente guarda 80% de las reservas mundiales. Con el coltan se fabrican potentes teléfonos celulares y misiles balísticos intercontinentales, y su precio supera varias veces los del tungsteno y el oro; el mundo de la electrónica, la ciencia del espacio y las centrales nucleares dependen del desarrollo de este mineral (15).  En 1997, al caer en Zaire el presidente Mobutu (apoyado por capitales franceses), irrumpe
Laurent Kabila, apoyado por Ruanda y Uganda (y sostenido por eeuu y Gran Bretaña), a costa de millones de caídos en enfrentamientos tribales sangrientos. En menos de un año, el conglomerado de intereses antimobutistas conquistó Kinshasa y cambió el nombre del país, que pasó a llamarse República Democrática del Congo. Las grandes empresas mineras anglosajonas obtuvieron concesiones en Katanga, al sur, área rica en cobre y otros minerales. Entre los beneficiados por el nuevo reparto destacan tres: Barrick Gold, de Canadá; American Mineral Fields, en la que Bush padre también tenía intereses, y la sudafricana Anglo-American. Las empresas francesas, aliadas de Mobutu,
quedaron fuera. Pero Kabila muy pronto cayó también en desgracia al proyectarse como un nuevo Lumumba, cuando comenzó a exigir a las transnacionales el pago de impuestos por la explotación de las riquezas mineras...


El antiguo Congo quedó convertido en el escenario de una guerra en  la que han participado directamente los ejércitos de siete países. Madeleine Albright lo llamó la «Primera Guerra Mundial africana» 


La Organización de las Naciones Unidas (onu) no duda en afirmar que el estratégico coltan financia estos genocidios y es una de sus causas, pero el resto de los minerales también siembran muertes que benefician a las corporaciones transnacionales: el antiguo Congo quedó convertido en el escenario de una guerra en la que han participado directamente los ejércitos de siete países. Madeleine Albright lo llamó la «Primera Guerra Mundial africana»: las fuerzas de Kabila, Angola, Zimbabwe, Sudán y Chad en un bando; tres guerrillas congoleñas, Ruanda, Burundi y Uganda, en el otro. El expolio de diamantes, oro y coltan del este del Congo llevó a los ejércitos de Ruanda y Uganda a enfrentarse a tiros tres veces (dos en 1999 y una en 2000) por el control de Kisangani (16).

Los propios ingleses divulgaron los sucesos de manera impactante. El influyente diario The Times, de Londres, publicó una opinión concluyente:

En noviembre de 1996, Washington acordó su apoyo diplomático a la rebelión en el este de Zaire, formada esencialmente por los tutsi (etnia fundadora del fpr de Kigali, entonces en el poder), que se saldó con la caída de Mobutu. En consecuencia, los medios franceses ven una conspiración anglófila con Kabila, en la que Inglaterra pone su experiencia de la era imperial, y los americanos, el dinero y el entrenamiento militar que los tutsi han necesitado para invadir el Zaire en solo siete meses. Puede que la teoría de la conspiración oculte una verdad. Entre los beneficiarios del cambio de régimen se encuentra
George Bush, que con el ex-primer ministro canadiense Brian Mulroney es consejero de la Barrick Gold de Toronto y ha obtenido de los rebeldes una concesión minera de oro de 80.000 km2, en el noreste de Zaire. Pero la conspiración es más profunda y más sutil.(17)

Este análisis no recibió objeciones de los involucrados. En cambio, los sucesos de Tanzania preocuparon mucho más a los magnates de Barrick y a sus vinculados políticos. Los abogados de Barrick que contestaron mi artículo «La macabra Barrick de Bush» también se preocuparon por desmentir mi nota referida a esos hechos: 400.000 personas, mineros artesanales, granjeros, campesinos, comerciantes pequeños, fueron desalojados por la fuerza de Bulyanhulu, en la región de Shinyanga, Tanzania central occidental, después de dos años de lucha en los que gobierno y mineras reclamaban el enclave de los depósitos del oro. Según varias denuncias, más de medio centenar de trabajadores fueron muertos (al parecer enterrados vivos) cuando en 1996 las autoridades y la compañía minera canadiense decidieron rellenar los pozos de extracción (18). El trabajo sucio quedó hecho, y en marzo de 1999, Barrick Gold Corporation adquirió los depósitos de Bulyanhulu al comprar la Sutton Resources y su subsidiaria de Tanzania, responsables directas del genocidio. En el Foro Económico Mundial de 2007, Munk respondió las acusaciones afirmando que «cuando vamos a Tanzania o a Argentina o a la punta de Paquistán, aplicamos los mismos estándares ambientales y antipolución que en la Columbia británica». Las evidencias parecen refutarlo.

En secuencia semejante, Barrick opera mina Porgera, en Papúa Nueva Guinea. La misión Human Rights Watch investigó denuncias sobre expulsión de poblaciones y violaciones a mujeres de la comunidad local por parte de fuerzas de seguridad de Barrick Gold. Fui testigo presencial de las acusaciones en el Parlamento de Ottawa, llevadas a cabo por los indígenas a los que Barrick les incendió las viviendas. Los congresistas canadienses, preocupados por los métodos extractivos de sus empresas en el extranjero, trataban entonces un proyecto de ley (C-300) con ánimo de regularlas y controlarlas, motivo por el cual fui invitado a exponer en el Congreso. Pero en definitiva el proyecto no prosperó, precisamente debido al poder del lobby minero.


Veladero, Argentina

En los cinco continentes, Barrick se ha teñido de sangre (como en mina Pierina, en Perú) y ha ejecutado fraudes (la mina El Indio jamás tributó al fisco chileno al no declarar ganancias). Barrick fue noticia por contaminación, destrucción territorial y saqueo, con derrumbes (Lake Cowal, Australia), derrames de
gasoil y multas (Veladero, Argentina) e informes de impacto ambiental adulterados, en los que se mencionaban inexistentes cuerpos de hielo de diez años de antigüedad, cuando en realidad se trataba de glaciares que la empresa intentó trasladar con palas mecánicas. En 2008, el Fondo Soberano Noruego se deshizo de las acciones de la Barrick Gold por razones de ética ambiental; concretamente, condenó los «daños irreparables» en Papúa Nueva Guinea (19).

Papúa Nueva Guinea

Son varias las puntas del neogenocidio empresario trasnacional. Como ha afirmado Noam Chomsky,

A comienzos de año, luego de que se informó que abogados del Departamento de Justicia de eeuu intentaron demostrar que el presidente podía autorizar el uso de la tortura, el decano de la Facultad de Derecho de Yale, Harold Koh, dijo al Financial Times: «La idea de que el presidente tiene el poder constitucional de permitir la tortura es como decir que tiene el poder constitucional de cometer genocidio». (20)

Noam Chomsky en la Facultad de Derecho de Yale

A medida que los pueblos resistan, la respuesta de las potencias industrializadas también se endurecerá; necesitan perpetuarse, consolidar su dominio en un futuro que se presenta incierto para todos, en un planeta colapsado por una devastación consumista que ofrece cada vez menos insumos. Gran parte del Norte insiste con un modelo económico tan agotado como errátil e igualmente defiende su estatus de derroche y de poder, sabe que los recursos se acaban y los acopia, transfiere sus industrias contaminantes a regiones ignotas del Sur, mitiga su hacinamiento poblacional, la escasez de agua, el espacio territorial que perdió, y ejecuta para ello una irrupción masiva. Cobre y estaño, oro y diamantes dejaron de ser el botín preferido de las corporaciones mineras monopólicas que explotan las montañas orientales del Congo al aparecer el coltan, también frecuente en el continente sudamericano; estos minerales se convirtieron en la vedette de la minería, y muy pronto serían vitales para una variedad de artefactos electrónicos de la modernidad aeroespacial y médica (implantes) y para la industria bélica. De pronto los diarios europeos se tiñeron de sangre; eeuu decidió orquestar una guerra civil que desplazaría a gobierno y fuerzas congoleñas que no controlaba, como ya vimos, provocando dos millones y medio de muertos y más de medio millar aniquilados por los tutsi y otras etnias al cruzar en fuga y en éxodo la frontera. ¿Acaso eso no es genocidio?

El advenimiento de un sinfín de denuncias sobre violación de derechos humanos no se hizo esperar, al tiempo que Nokia, Motorola, Compaq, Sony y otras fábricas pertenecientes a japoneses, chinos, alemanes y norteamericanos comenzaban a dominar el mercado mediante firmas de la talla de Cabot Corporation, om Group de eeuu, la hc Starck de Alemania y Nigncxia de China, responsables de un genocidio escandaloso -si es que acaso hay algún tipo de genocidio que no lo sea-.

Los minerales críticos y estratégicos hoy son las «tierras raras», unos 15 elementos de la tabla periódica que a principios del siglo xx no tenían aplicación y cuya utilidad se desconocía, de ahí su nombre. Hoy la demanda mundial obliga a China, principal productora, a limitar las exportaciones de estos productos,
previendo el mercado de automóviles eléctricos que irrumpe de manera sostenida y que requiere de aleaciones con el «raro» neodimio. Otro componente de estas «tierras» es el lantano, crucial para las baterías de los automóviles, en la electrónica y en comunicaciones digitalizadas, la biotecnología, la balística intercontinental, el dominio de las patentes, el territorio, el poder del conocimiento, la hegemonía del poder; el Norte viene por todo y, para entonces, estos pueblos del hemisferio sur habrán transitado de la resistencia a la rebelión, aunque amen desesperadamente la paz.

En este plano, juega un papel crucial la Ley Antiterrorista, patrocinada en su momento por eeuu, por orden y presión del Grupo de Acción Financiera Internacional (gafi), y secundada por gobiernos como el de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, que lleva adelante una suerte de progresismo liberal desarrollista y una política pendular entre el revisionismo defensor de los derechos humanos y el apoyo a las corporaciones transnacionales extractoras de commodities. Esta ley permitiría juzgar acciones promovidas por militantes de movimientos sociales que ejercen el derecho a la protesta, que se oponen al uso licencioso del agua de la megaminería hidroquímica a cielo abierto, a la biodiversidad diezmada por el saqueo, rigurosamente defendida por campesinos y pueblos originarios. La criminalización de la protesta social es el resorte que les faltaba a las corporaciones transnacionales que condicionan sus inversiones al otorgamiento de licencias sociales para operar en paz su extracción utilizando trabajadores cautivos por necesidades básicas insatisfechas. Para el mundo globalizado de las corporaciones, un país con ley antiterrorista es un país confiable.

http://rodriguezpardo.blogspot.com
Javier Rodríguez Pardo



*Javier Rodríguez Pardo: Docente, periodista de investigación y militante de asambleas socioambientales. Fue fundador del Movimiento Antinuclear del Chubut (mach), que frenó el establecimiento de un repositorio de desechos radiactivos en Gastre (Patagonia argentina). Es cofundador de Renace Argentina y autor de los libros En la Patagonia n o (Lemú, El Bolsón, 2006) y Vienen por el oro, vienen por todo (Ciccus, Buenos Aires, 2009). Integra la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC, Argentina).

1. La Nación, 19/4/1996, en el marco de la conferencia «Haciendo minería en la Argentina».
2. El Tribuno, Salta, 15/4/2008.
3. V., por ejemplo, Hugo Alconada Mon: «Peter Munk, el polémico rey Midas de los negocios
mineros» en La Nación, Buenos Aires, 6/11/2011, disponible en www.lanacion.com.ar/1420837-
peter-munk-el-polemico-rey-midas-de-los-negocios-mineros.
4. V. «Arabia Saudí intentó retener los fondos de Khashoggi al estallar el 'Irangate'» en El País,
17/2/1987, disponible en http://elpais.com/diario/1987/02/17/internacional/540514815_850215.html
5. «La macabra Barrick de Bush», 26/11/2004.
6. A. Chaitkin: «The Bush Gang and Barrick Gold Corporation» en Executive Intelligence Review
24 No2, 3/1/1997.
7.  Carta fechada en San Juan, Argentina, el 9 de diciembre de 2004, dirigida a La Séptima y firmada por Jimena Del Valle Daneri.
8. La Séptima, 9/2/2005.
9. Donald Rumball: Peter Munk: The Making of a Modern Tycoon, Stoddart, Toronto, 1996.
10. H. Alconada Mon: ob. cit.
11. Félix Monteira: «Kashogui planea aceptar la extradición y evitar la cárcel» en El País, 21/4/19 8 9.
12. M. Sonnenblick: «George Bush's $10 billion giveaway to Barrick Gold» en Executive Intelligence
Review vol. 24 No2, 3/1/1997.
13. Sandra Novoa F.: «Luksic activará negociación con gobierno pakistaní para proyecto Reko» en La
Tercera, 3/12/2011, disponible en http://diario.latercera.com/2011/12/03/01/contenido/negocios/10-92675-9-luksic-activara-negociacion-con-gobierno-pakistani-para-proyecto-reko.shtml
14. J. Steinberg: «George Bush's 'Heart of Darkness'» en e i r vol. 24 N° 2, 3/1/1997. 15. Keith Harmon Snow y David Barouski: «El saqueo del Congo i» en Business in Africa Magazine (International Edition), 8/2006, reproducido en Rebelión, 28/9/2006, www.rebelion.org/noticia.php?id=38262 . V. tb. Ramón Lobo: «La fiebre del Coltan» en El País, 2/9/2001 y Deirdre Griswold
y Johnnie Stevens: «Bush y Clinton en la red: Tras el asesinato de Kabila» en Znet en español,
24/1/2001, reproducido en Rebelión, 18/7/2001, <www.rebelion.org/hemeroteca/ddhh/kabila
180701.htm>; Alberto Vázquez-Figueroa: Coltan, Ediciones b, Barcelona, 2008; Kevin Fedarko, Peter Graff y Marguerite Michaels: «Death Cries of a Nation» en Time, 11/11/1996; José Ferraz: «El
coltan», video reportaje, 2006, disponible en http://youtu.be/NX8C-YSA2tY
16. Ver Ramón Lobo: «Ruanda, en busca del contexto 2 (1998-2010)» en Aguas Internacionales, blog
de  El País.com, 21/7/2010, http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2010/07/ruanda-en-busca-del-contexto-19982010.html
17. Sam Kiley: «New Leaders Take Africa's Destiny Into Their Own Hands» en The Times, 20/5/1997;
Uwe Friesecke: «Strategic Considerations of the Rwandan Catastrophe of 1994», dossier preparado
para el Equipo de Defensa Caso Ntagerura, Tribunal Penal Internacional para Ruanda, Arusha,
Tanzania, 25 de junio de 2002.
18. Alain Deneault, Delphine Abadie y William Sacher: Noir Canada. Pillage, corruption et criminalité en Afrique, Les Éditions Écosociété, Montreal, 2008. Las empresas Barrick Gold y Banro
negaron estas informaciones, acusaron a los autores de orquestar una campaña de difamación y
los demandaron por us$ 11 millones. V. «Dos mineras demandaron a tres investigadores por us$
11 millones» en b a e, www.diariobae.com/diario/2011/05/27/471-dos-mineras-demandaron-atres-investigadores-por-u$s11-millones.html
19. V. la respuesta de la empresa minera en www.barricksudamerica.com/minera/temas_respuesta_fondo_inversion.php
20. «La presidencia imperial y sus consecuencias» en La Jornada, 5/1/2005.


Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nu e v a So c i e d a d No 237, enero-febrero de 2012, ISSN: 0251-3552, http://www.nuso.org/upload/articulos/3825_1.pdf