Radiografía de la megaminería
Por Javier Rodriguez Pardo*
Una de las características del capitalismo del siglo XXI es el auge del extractivismo, un fenómeno que no es nuevo pero que se ha reconfigurado al calor de las necesidades de la economía y el mundo global. El actual boom de los precios de las materias primas ha redibujado territorios, en el marco de leyes benévolas para las empresas extractivas. África y parte de Sudamérica son objetivo de firmas multinacionales que articulan intereses políticos, económicos y a menudo militares para llevar adelante sus negocios.
Gas, petróleo, bosques, biodiversidad, minerales, agua y suelos fértiles fueron siempre los objetivos recurrentes de la política colonial, situación que hoy se magnifica con claridad en su adaptación neoliberal a través de reflotadas «invasiones» en nueva versión. El Tratado de Integración y Complementación Minera entre Argentina y Chile firmado por Carlos Menem y Eduardo Frei en 1997 es un buen ejemplo de neocolonialismo. Se trata de un instrumento legal que cede literalmente la Cordillera de los Andes a las firmas transnacionales y transforma vastos territorios en un virtual «tercer país» con legislación y código propios de funcionamiento: 4.441 km de frontera argentino-chilena y una franja de unos 150 km a cada lado componen ese nuevo territorio regido por el extractivismo. En el resto de la geografía argentina, las corporaciones mineras obtuvieron ventajas que no rigen para las otras actividades comerciales: un paquete de disposiciones jurídicas y un código minero, encabezados por la Ley 24.196 de Inversiones Mineras, les permiten pagar regalías paupérrimas, las eximen de impuestos y gravámenes, les facilitan obtener subsidios en insumos y reintegros por exportaciones, al mismo tiempo que tributan con declaraciones juradas -con la evidente posibilidad de fraguar los datos- una vez que los bienes extraídos arriban al país de destino y no al atravesar la aduana. Las corporaciones mineras eluden, en definitiva, los controles reales que deberían tutelar las exportaciones. Un importante matutino porteño lo destacaba ya hace años con inocultable sorpresa: «los propios representantes de las empresas mineras comentaron públicamente que Argentina supera en oportunidades de negocios a Australia y a Estados Unidos merced a un marco legal conveniente en materia económica y fiscal, y flexible en el terreno medioambiental» (1)
América Latina padece las «invasiones» mineras porque la tecnocracia globalizada de las corporaciones descubrió la manera de extraer los minerales de baja ley, minerales críticos y estratégicos que faltan en el Norte y que abundan en partículas diseminadas en territorios del llamado Sur, a los que se accede dinamitando extensos ecosistemas, pulverizando rocas, destruyendo glaciares, expulsando a comunidades y contaminando con una sopa química las nacientes de acuíferos y las napas en las áreas donde se ejecuta la actividad extractiva. Todas las manifestaciones mineras registradas en las direcciones de los organismos provinciales respectivos figuran como polimetálicas; yacimientos de oro, plata, cobre y uranio contienen también minerales como molibdeno, renio y las llamadas «tierras raras», generalmente de mayor relevancia que el mineral madre motivo de la explotación. Del socavón de antaño se pasó a la minería a cielo abierto, y el open pit hegemonizó nuevos paisajes y convirtió territorios en verdaderos quesos gruyer. Los estragos que produce esta nueva minería, que desecha la linterna en el casco del obrero, son considerables: requiere de mayores volúmenes de agua, más energía para movilizar equipos y plantas y, cuanto más baja es la denominada ley mineral, de mayor cantidad de compuestos químicos con cianuro y ácido sulfúrico, más voladuras y más escoria arrumbada en los alrededores: por cada anillo de oro la minería abandona unas 20 toneladas de escombros, cúmulos de contaminación e impacto ambiental en todos los órdenes.
Pasivos ambientales
La lógica habitual del ingeniero minero únicamente entiende que si hay mineral y es rentable extraerlo, se extrae, y no acepta la discusión sobre dónde, cuándo, cómo, cuánto y para qué se extrae. Sin formularse estas preguntas, las empresas se dedican a derribar montañas buscando minerales que -metafóricamente- solo existen en polvo, minimizando el pasivo ambiental con cálculos que finalizan en las bolsas de valores del «Primer Mundo»; es que la roca mineral -extinguida- perdió su formato vetiforme. Es el saqueo al que se refieren quienes critican las aberraciones de la prospección minera y de la bioprospección, el que fue decididamente advertido en septiembre de 2002 en la ciudad de Esquel cuando el activismo social de ese pequeño pueblo de la cordillera chubutense proclamó «¡Vienen por el oro, vienen por todo!» y mediante un plebiscito derribó con 82% de los votos las intenciones mineras de la aurífera canadiense Meridian Gold.
La respuesta de los pueblos latinoamericanos no es violenta, al menos por el momento. Se trata de puebladas que intentan defender el agua y los territorios considerados como el bien común.
La respuesta de los pueblos latinoamericanos no es violenta, al menos por el momento. Se trata de rebeliones, puebladas que intentan defender el agua y los territorios considerados como el bien
común natural más preciado del hábitat. Curiosamente, el agua que escasea en países del Norte está presente en Argentina con relativa abundancia; sin embargo, en el Noroeste argentino, la escasez de agua y la desertización son alarmantes. Pese a ello, la minera bhp Billiton mandó perforar cinco pozos para, a través de dos acueductos de 3.000 litros por segundo cada uno, llevar agua dulce desde la provincia argentina de Salta hasta Monturaqui, una estación chilena que se encuentra a 25 km de Socompa y a 75 km de mina La Escondida. De acuerdo con estudios realizados para bhp Billiton, los acuíferos de Atacama están en franco retroceso y natural más preciado la producción de cobre de La Escondida no podría continuar sin agua (2) Son varias las explotaciones cupríferas chilenas que esperan el agua dulce que se bombeará desde el desierto salteño para lixiviar las rocas metalíferas. Una de ellas es mina Zaldívar, de Barrick Gold, ubicada a solo 10 km de La Escondida y a distancia semejante de Chuquicamata, gigantesca mina chilena de cobre a cielo abierto que opera Codelco, en Calama, y que consume 1.800 litros de agua dulce por segundo durante las 24 horas.Hace 500 años se detectaban minerales a ojo, hoy se los detecta mediante satélites. La teledetección es un método eficaz para que los riesgos de inversión minera y los costos de la búsqueda de yacimientos se reduzcan sustancialmente. En 1900, eeuu obtenía cobre 5% de ley mineral; el que obtiene hoy apenas llega a 0,4% de ley. El planeta colapsa y la principal potencia mundial continúa con igual o mayor derroche; cada estadounidense consume por año casi 20 toneladas de minerales. La pregunta recurrente es qué planeta sería este si China consumiera la misma cantidad de minerales por habitante, y
la respuesta es única: tendríamos un mundo inhabitable. Si consideramos que dentro de 40 años se habrá duplicado la cantidad de habitantes del planeta, habría que imaginar entonces una respuesta que evite la inmolación humana.
Adnan Khashoggi fue accionista de Barrick Gold Corporation; multimillonario traficante de armas árabe saudita, aliado de Bush y famoso por sus ventas ilícitas de armas a Irán
Peter Munk: "Fabricación de un magnate moderno"
Por otra parte, la biografía autorizada de Munk, Peter Munk: fabricación de un magnate moderno (9), describe vínculos, acciones y negocios del presidente de Barrick Gold y permite rastrear socios y orígenes empresarios, asociaciones investigadas judicialmente y, sobre todo, el método para sortear dificultades financieras y políticas.
Traficante de armas y amante del lujo hasta la excentricidad -su yate favorito apareció en una película de James Bond-, Khashoggi merodeó todos los grandes escándalos de los años 70 y 80. Entre otros, el Irán-contras, el bcci, el banco de Gaith Pharaon, del megalavado y hasta la desaparición del patrimonio (mal habido, claro) de los filipinos Ferdinand e Imelda Marcos, por cientos de millones de dólares.(10)
Además, Khashoggi fue socio de Munk en emprendimientos hoteleros. El empresario saudí fue arrestado en 1989 por fraudes relacionados con propiedades inmobiliarias adquiridas por el matrimonio Marcos en Manhattan y cuadros que desaparecieron del Museo de Arte Contemporáneo de Manila (11)
Respecto de la mina Goldstrike en Nevada, la defensoría legal de Barrick que contraatacó mi escrito en la provincia de San Juan insistió en que «el Sr. Bush no tuvo desempeño alguno en la adquisición de esa mina para Barrick»; contesté recomendando repasar los numerosos artículos periodísticos sobre el tema, en particular uno escrito por Mark Sonnenblick que describe cómo «George Bush le regaló 10.000 millones de dólares a Barrick Gold» (12), o mejor aún, la denuncia del 11 de marzo de 1993 en la subcomisión respectiva del Congreso Nacional de eeuu, efectuada por Philip M. Hocker, presidente del grupo ambientalista Mineral Policy Center.
Por razones de espacio, en mi artículo «La macabra Barrick de Bush» omití mencionar a un singular número de ejecutivos y accionistas privilegiados de Barrick. Se destacaba Andrónico Luksic, asesor de la firma minera y acaudalado empresario chileno. Luksic maneja los destinos de mina Pelambres, sobre la cordillera, en el límite con la provincia de San Juan, donde se asientan del lado argentino los yacimientos de cobre y polimetálicos Pachón, segunda explotación binacional en ciernes, como la de Pascua Lama. El empresario fue construyendo un imperio bancario en sociedad con el Hong Kong and
Shanghai Bank, conocido también como el «banco del tráfico de opio». En la actualidad, un proyecto conjunto entre Antofagasta Minerals -empresa perteneciente al grupo Luksic- y Barrick Gold los fuerza a litigar juntos contra el gobierno de Pakistán, que les impide explotar la concesión minera de Reko Diq por violar reglas locales (13)
Lo que seguramente causó mayor espanto en los lectores sanjuaninos de «La macabra Barrick de Bush» fue la descripción del genocidio en Zaire, que comenzó en septiembre de 1996, poco antes de la entrada de Barrick y Anglo American en esa zona minera. Los testimonios recogidos por Jeffrey Steinberg prueban que la invasión del este de Zaire coincidió con la entrada de Barrick y Anglo American para adueñarse exactamente de esa zona, y narran el espantoso genocidio llevado a cabo por fuerzas financiadas por franceses y británicos. En ninguna guerra -dice Steinberg- está ausente el botín. Este moderno mundo empresario incluye mafias sostenidas en estrategias globales para la apropiación de yacimientos, que enlazan a ex-oficiales de inteligencia, ejércitos y escuadrones de la muerte, sicarios de las mineras. Según Steinberg, la destrucción de África tiene un ideólogo: «Barrick Gold, junto con la Corporación Anglo American, con sede en Sudáfrica, está involucrada en las operaciones para arrebatarles los metales estratégicos a las naciones de África Central, mediante el mayor genocidio per cápita que se haya visto en los tiempos modernos» (14)
El auge del teléfono móvil desató la guerra del coltan, un mineral que extiende la vida de las baterías y combina dos metales: colombita y tantalita, de los que se extraen el tántalo y el niobio. Según parece, el continente guarda 80% de las reservas mundiales. Con el coltan se fabrican potentes teléfonos celulares y misiles balísticos intercontinentales, y su precio supera varias veces los del tungsteno y el oro; el mundo de la electrónica, la ciencia del espacio y las centrales nucleares dependen del desarrollo de este mineral (15). En 1997, al caer en Zaire el presidente Mobutu (apoyado por capitales franceses), irrumpe
Laurent Kabila, apoyado por Ruanda y Uganda (y sostenido por eeuu y Gran Bretaña), a costa de millones de caídos en enfrentamientos tribales sangrientos. En menos de un año, el conglomerado de intereses antimobutistas conquistó Kinshasa y cambió el nombre del país, que pasó a llamarse República Democrática del Congo. Las grandes empresas mineras anglosajonas obtuvieron concesiones en Katanga, al sur, área rica en cobre y otros minerales. Entre los beneficiados por el nuevo reparto destacan tres: Barrick Gold, de Canadá; American Mineral Fields, en la que Bush padre también tenía intereses, y la sudafricana Anglo-American. Las empresas francesas, aliadas de Mobutu,
quedaron fuera. Pero Kabila muy pronto cayó también en desgracia al proyectarse como un nuevo Lumumba, cuando comenzó a exigir a las transnacionales el pago de impuestos por la explotación de las riquezas mineras...
El antiguo Congo quedó convertido en el escenario de una guerra en la que han participado directamente los ejércitos de siete países. Madeleine Albright lo llamó la «Primera Guerra Mundial africana»
La Organización de las Naciones Unidas (onu) no duda en afirmar que el estratégico coltan financia estos genocidios y es una de sus causas, pero el resto de los minerales también siembran muertes que benefician a las corporaciones transnacionales: el antiguo Congo quedó convertido en el escenario de una guerra en la que han participado directamente los ejércitos de siete países. Madeleine Albright lo llamó la «Primera Guerra Mundial africana»: las fuerzas de Kabila, Angola, Zimbabwe, Sudán y Chad en un bando; tres guerrillas congoleñas, Ruanda, Burundi y Uganda, en el otro. El expolio de diamantes, oro y coltan del este del Congo llevó a los ejércitos de Ruanda y Uganda a enfrentarse a tiros tres veces (dos en 1999 y una en 2000) por el control de Kisangani (16).
Los propios ingleses divulgaron los sucesos de manera impactante. El influyente diario The Times, de Londres, publicó una opinión concluyente:
En noviembre de 1996, Washington acordó su apoyo diplomático a la rebelión en el este de Zaire, formada esencialmente por los tutsi (etnia fundadora del fpr de Kigali, entonces en el poder), que se saldó con la caída de Mobutu. En consecuencia, los medios franceses ven una conspiración anglófila con Kabila, en la que Inglaterra pone su experiencia de la era imperial, y los americanos, el dinero y el entrenamiento militar que los tutsi han necesitado para invadir el Zaire en solo siete meses. Puede que la teoría de la conspiración oculte una verdad. Entre los beneficiarios del cambio de régimen se encuentra
George Bush, que con el ex-primer ministro canadiense Brian Mulroney es consejero de la Barrick Gold de Toronto y ha obtenido de los rebeldes una concesión minera de oro de 80.000 km2, en el noreste de Zaire. Pero la conspiración es más profunda y más sutil.(17)
Este análisis no recibió objeciones de los involucrados. En cambio, los sucesos de Tanzania preocuparon mucho más a los magnates de Barrick y a sus vinculados políticos. Los abogados de Barrick que contestaron mi artículo «La macabra Barrick de Bush» también se preocuparon por desmentir mi nota referida a esos hechos: 400.000 personas, mineros artesanales, granjeros, campesinos, comerciantes pequeños, fueron desalojados por la fuerza de Bulyanhulu, en la región de Shinyanga, Tanzania central occidental, después de dos años de lucha en los que gobierno y mineras reclamaban el enclave de los depósitos del oro. Según varias denuncias, más de medio centenar de trabajadores fueron muertos (al parecer enterrados vivos) cuando en 1996 las autoridades y la compañía minera canadiense decidieron rellenar los pozos de extracción (18). El trabajo sucio quedó hecho, y en marzo de 1999, Barrick Gold Corporation adquirió los depósitos de Bulyanhulu al comprar la Sutton Resources y su subsidiaria de Tanzania, responsables directas del genocidio. En el Foro Económico Mundial de 2007, Munk respondió las acusaciones afirmando que «cuando vamos a Tanzania o a Argentina o a la punta de Paquistán, aplicamos los mismos estándares ambientales y antipolución que en la Columbia británica». Las evidencias parecen refutarlo.
En secuencia semejante, Barrick opera mina Porgera, en Papúa Nueva Guinea. La misión Human Rights Watch investigó denuncias sobre expulsión de poblaciones y violaciones a mujeres de la comunidad local por parte de fuerzas de seguridad de Barrick Gold. Fui testigo presencial de las acusaciones en el Parlamento de Ottawa, llevadas a cabo por los indígenas a los que Barrick les incendió las viviendas. Los congresistas canadienses, preocupados por los métodos extractivos de sus empresas en el extranjero, trataban entonces un proyecto de ley (C-300) con ánimo de regularlas y controlarlas, motivo por el cual fui invitado a exponer en el Congreso. Pero en definitiva el proyecto no prosperó, precisamente debido al poder del lobby minero.
Veladero, Argentina
En los cinco continentes, Barrick se ha teñido de sangre (como en mina Pierina, en Perú) y ha ejecutado fraudes (la mina El Indio jamás tributó al fisco chileno al no declarar ganancias). Barrick fue noticia por contaminación, destrucción territorial y saqueo, con derrumbes (Lake Cowal, Australia), derrames de
gasoil y multas (Veladero, Argentina) e informes de impacto ambiental adulterados, en los que se mencionaban inexistentes cuerpos de hielo de diez años de antigüedad, cuando en realidad se trataba de glaciares que la empresa intentó trasladar con palas mecánicas. En 2008, el Fondo Soberano Noruego se deshizo de las acciones de la Barrick Gold por razones de ética ambiental; concretamente, condenó los «daños irreparables» en Papúa Nueva Guinea (19).
Papúa Nueva Guinea
Son varias las puntas del neogenocidio empresario trasnacional. Como ha afirmado Noam Chomsky,
A comienzos de año, luego de que se informó que abogados del Departamento de Justicia de eeuu intentaron demostrar que el presidente podía autorizar el uso de la tortura, el decano de la Facultad de Derecho de Yale, Harold Koh, dijo al Financial Times: «La idea de que el presidente tiene el poder constitucional de permitir la tortura es como decir que tiene el poder constitucional de cometer genocidio». (20)
Noam Chomsky en la Facultad de Derecho de Yale
El advenimiento de un sinfín de denuncias sobre violación de derechos humanos no se hizo esperar, al tiempo que Nokia, Motorola, Compaq, Sony y otras fábricas pertenecientes a japoneses, chinos, alemanes y norteamericanos comenzaban a dominar el mercado mediante firmas de la talla de Cabot Corporation, om Group de eeuu, la hc Starck de Alemania y Nigncxia de China, responsables de un genocidio escandaloso -si es que acaso hay algún tipo de genocidio que no lo sea-.
Los minerales críticos y estratégicos hoy son las «tierras raras», unos 15 elementos de la tabla periódica que a principios del siglo xx no tenían aplicación y cuya utilidad se desconocía, de ahí su nombre. Hoy la demanda mundial obliga a China, principal productora, a limitar las exportaciones de estos productos,
previendo el mercado de automóviles eléctricos que irrumpe de manera sostenida y que requiere de aleaciones con el «raro» neodimio. Otro componente de estas «tierras» es el lantano, crucial para las baterías de los automóviles, en la electrónica y en comunicaciones digitalizadas, la biotecnología, la balística intercontinental, el dominio de las patentes, el territorio, el poder del conocimiento, la hegemonía del poder; el Norte viene por todo y, para entonces, estos pueblos del hemisferio sur habrán transitado de la resistencia a la rebelión, aunque amen desesperadamente la paz.
En este plano, juega un papel crucial la Ley Antiterrorista, patrocinada en su momento por eeuu, por orden y presión del Grupo de Acción Financiera Internacional (gafi), y secundada por gobiernos como el de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, que lleva adelante una suerte de progresismo liberal desarrollista y una política pendular entre el revisionismo defensor de los derechos humanos y el apoyo a las corporaciones transnacionales extractoras de commodities. Esta ley permitiría juzgar acciones promovidas por militantes de movimientos sociales que ejercen el derecho a la protesta, que se oponen al uso licencioso del agua de la megaminería hidroquímica a cielo abierto, a la biodiversidad diezmada por el saqueo, rigurosamente defendida por campesinos y pueblos originarios. La criminalización de la protesta social es el resorte que les faltaba a las corporaciones transnacionales que condicionan sus inversiones al otorgamiento de licencias sociales para operar en paz su extracción utilizando trabajadores cautivos por necesidades básicas insatisfechas. Para el mundo globalizado de las corporaciones, un país con ley antiterrorista es un país confiable.
http://rodriguezpardo.blogspot.com
Javier Rodríguez Pardo
*Javier Rodríguez Pardo: Docente, periodista de investigación y militante de asambleas socioambientales. Fue fundador del Movimiento Antinuclear del Chubut (mach), que frenó el establecimiento de un repositorio de desechos radiactivos en Gastre (Patagonia argentina). Es cofundador de Renace Argentina y autor de los libros En la Patagonia n o (Lemú, El Bolsón, 2006) y Vienen por el oro, vienen por todo (Ciccus, Buenos Aires, 2009). Integra la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC, Argentina).
1. La Nación, 19/4/1996, en el marco de la conferencia «Haciendo minería en la Argentina».
2. El Tribuno, Salta, 15/4/2008.
3. V., por ejemplo, Hugo Alconada Mon: «Peter Munk, el polémico rey Midas de los negocios
mineros» en La Nación, Buenos Aires, 6/11/2011, disponible en www.lanacion.com.ar/1420837-
peter-munk-el-polemico-rey-midas-de-los-negocios-mineros.
4. V. «Arabia Saudí intentó retener los fondos de Khashoggi al estallar el 'Irangate'» en El País,
17/2/1987, disponible en http://elpais.com/diario/1987/02/17/internacional/540514815_850215.html
5. «La macabra Barrick de Bush», 26/11/2004.
6. A. Chaitkin: «The Bush Gang and Barrick Gold Corporation» en Executive Intelligence Review
24 No2, 3/1/1997.
7. Carta fechada en San Juan, Argentina, el 9 de diciembre de 2004, dirigida a La Séptima y firmada por Jimena Del Valle Daneri.
8. La Séptima, 9/2/2005.
9. Donald Rumball: Peter Munk: The Making of a Modern Tycoon, Stoddart, Toronto, 1996.
10. H. Alconada Mon: ob. cit.
11. Félix Monteira: «Kashogui planea aceptar la extradición y evitar la cárcel» en El País, 21/4/19 8 9.
12. M. Sonnenblick: «George Bush's $10 billion giveaway to Barrick Gold» en Executive Intelligence
Review vol. 24 No2, 3/1/1997.
13. Sandra Novoa F.: «Luksic activará negociación con gobierno pakistaní para proyecto Reko» en La
Tercera, 3/12/2011, disponible en http://diario.latercera.com/2011/12/03/01/contenido/negocios/10-92675-9-luksic-activara-negociacion-con-gobierno-pakistani-para-proyecto-reko.shtml
14. J. Steinberg: «George Bush's 'Heart of Darkness'» en e i r vol. 24 N° 2, 3/1/1997. 15. Keith Harmon Snow y David Barouski: «El saqueo del Congo i» en Business in Africa Magazine (International Edition), 8/2006, reproducido en Rebelión, 28/9/2006, www.rebelion.org/noticia.php?id=38262 . V. tb. Ramón Lobo: «La fiebre del Coltan» en El País, 2/9/2001 y Deirdre Griswold
y Johnnie Stevens: «Bush y Clinton en la red: Tras el asesinato de Kabila» en Znet en español,
24/1/2001, reproducido en Rebelión, 18/7/2001, <www.rebelion.org/hemeroteca/ddhh/kabila
180701.htm>; Alberto Vázquez-Figueroa: Coltan, Ediciones b, Barcelona, 2008; Kevin Fedarko, Peter Graff y Marguerite Michaels: «Death Cries of a Nation» en Time, 11/11/1996; José Ferraz: «El
coltan», video reportaje, 2006, disponible en http://youtu.be/NX8C-YSA2tY
16. Ver Ramón Lobo: «Ruanda, en busca del contexto 2 (1998-2010)» en Aguas Internacionales, blog
de El País.com, 21/7/2010, http://blogs.elpais.com/aguas-internacionales/2010/07/ruanda-en-busca-del-contexto-19982010.html
17. Sam Kiley: «New Leaders Take Africa's Destiny Into Their Own Hands» en The Times, 20/5/1997;
Uwe Friesecke: «Strategic Considerations of the Rwandan Catastrophe of 1994», dossier preparado
para el Equipo de Defensa Caso Ntagerura, Tribunal Penal Internacional para Ruanda, Arusha,
Tanzania, 25 de junio de 2002.
18. Alain Deneault, Delphine Abadie y William Sacher: Noir Canada. Pillage, corruption et criminalité en Afrique, Les Éditions Écosociété, Montreal, 2008. Las empresas Barrick Gold y Banro
negaron estas informaciones, acusaron a los autores de orquestar una campaña de difamación y
los demandaron por us$ 11 millones. V. «Dos mineras demandaron a tres investigadores por us$
11 millones» en b a e, www.diariobae.com/diario/2011/05/27/471-dos-mineras-demandaron-atres-investigadores-por-u$s11-millones.html
19. V. la respuesta de la empresa minera en www.barricksudamerica.com/minera/temas_respuesta_fondo_inversion.php
20. «La presidencia imperial y sus consecuencias» en La Jornada, 5/1/2005.
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nu e v a So c i e d a d No 237, enero-febrero de 2012, ISSN: 0251-3552, http://www.nuso.org/upload/articulos/3825_1.pdf
IMPECABLE LA NOTA!!
ResponderEliminarMUY ENRIQUECEDORA!!
A estas alturas ya es inocultablemente escandalosa la entrega que los gobiernos Latinoamericanos hacen de sus recursos naturales.
Ahora, sin perjuicio de continuar denunciando todos y cada uno de estos atropellos....¿No será hora de empezar a trabajar sobre un cambio en la manera de vida consumista del ser humano?
Digo esto porque en tanto el Consumismo Occidental continúe irrefrenable la demanda de metales y recursos será necesariamente imprescindible. Y sabido es que las necesidades humanas siempre terminan por ser satisfechas, de una u otra manera, legal o ilegalmente.
Muchas gracias por su lucha!!!!
Atte
Adrian Posca
Merlo, San Luis